A medida que tomé asiento y comencé a escribir este artículo, me doy cuenta que va a ser complicado, sobre todo porque, nunca pensé que iba a llegar este momento. Sobre todo porque, si uno veía sus fotos o apariciones públicas, él siempre se mostraba feliz de estar ahí, es más, siempre era el más feliz de estar ahí. 

Pero lo cierto es que durante la tarde de hoy nos golpeó la noticia: Stan Lee, a sus 95 años nos abandonó, fue lo que salió en el reporte de TMZ, que se ha destacado por dar estos golpes en la noticia. Esos golpes que nadie quería saber por lo dolorosos que son.

Y es que es un día triste mis queridos freakys, porque, al hablar de Stan Lee, ¿que se puede decir que no se ha dicho ya de Stan Lee? Pero, haré mi mejor esfuerzo, y les iré contando de a poco lo que significa su figura y su legado, que no es solo a nivel profesional, sino también a nivel  personal, porque así de grande es:

En la vida, hemos accedido a Stan The Man, de diferentes formas, cómics, televisión y más recientemente, cine, con el MCU, y siempre se ha mostrado como una persona entusiasta, y llena de lucidez y de vida, con ganas de aportar al mundo que lo vio bajo un antifaz y una capa, un mundo al que llegó casi sin quererlo. En un principio, cuando llegó a -en ese tiempo- Timely Comics, ansiaba escribir la «gran novela estadounidense» que por supuesto, nunca llegó, o ser un actor, un sueño que digamos logró llevar a cabo.

Stan, vivió de todo, desde la gran depresión en un pequeño barrio del Bronx con una familia que con suerte lograba vivir en el día a día. Y fue un joven que trabajó prácticamente toda su vida. Que se enamoró apasionadamente de su esposa y buscaba siempre nuevas maneras de conquistarla.

Su oportunidad con el mundo del que nunca se separaría llegó cuando Joe Simon le dijo que debía rellenar un par de páginas del Capitán América «La venganza del traidor», y cuando Jack Kirby y Joe Simon se habían ido, fue él quién escribía y él supondría un cambio, no solo a nivel de cómo se veía los cómics, sino también en su interacción con las personas hacían que sus héroes fueran grandes: Sus fans.

La Merry Marvel Marching Society (MMMS) era un espacio donde el equipo se ponía en contacto con sus lectores y buscaba interactuar con ellos, cada guionista y dibujante tenía su apodo, y hacía que no fueran un nombre al inicio del cómic, sino que era un personaje más, quizá incluso, siendo una gran protored social. A través del alegre y pegajoso jingle Stan Lee le recordaba a sus «verdaderos creyentes» que ellos tenían un espacio, de alguna manera fue capaz de ver que su público eran, marginados, solitarios y postergados, que poseían un vacío enorme que se llenaba a través de simplemente decirles que ellos también podían ser superhéroes. Y de paso él también se convirtió en uno: siendo más que un guionista de cómics, siendo una personalidad a prueba de todo.

Porque sí queridos freakys, Stan Lee también fue una persona que peleó contra muchas cosas en su vida: como el que sus amigos no se lo tomaran en serio porque de acuerdo a ellos «hacía cosas de niño y no tenía una carrera tradicional» o la censura, en un momento, psiquiatras y otros profesionales atacaron el mundo de los cómics diciendo que volvían a los niños más violentos y debían cubrir una checklist para que fueran publicados y muchos se fueron yendo, hasta que Stan se quedó solo, y a sus 39 años ya estaba por dejar este trabajo, estaba dispuesto a dejar todo atrás cuando fue su propia superheroína, Joanie Lee, su esposa quién le dijo: «Stan, si quieres dejarlo, ¿porque no haces primero un cómic como a ti te gustaría?, para un público un poco mayor, escribelo como a ti te guste escribirlo, que salga de ti. Lo peor que puede pasar es que te despidan, pero de todas maneras quieres dejar esto, ¿no?» 

Y sabemos lo que pasó, nacieron los cuatro fantásticos. Y ahí comenzó la leyenda de Stan Lee. Y no paró, nunca se detuvo. Nunca pudieron detener a este hombre que con su mostacho, sus lentes y sonrisa radiante nos decía, porque, simplemente no éramos capaces de dejarlo atrás, las páginas irradiaban energía, texturas, subtramas, drama, acción, sus protagonistas tenían angustia y ansiedad y podíamos identificarnos, eso es lo que hizo que Marvel se hiciera tan importante.

Stan Lee con sus personajes fue creando hitos: con Spiderman hizo que un muchacho tomara la responsabilidad y su culpa fuese su carga, con Hulk, hizo que la bestia fuese perseguida pero aún reuniera el valor para enfrentar a un ejército, e incluso, tiene un enorme mensaje contra el racismo y la segregación con los X-Men. Unos superhéroes que, en el mundo de hoy, quizá habrían muchos persiguiendolos.

Por supuesto, nosotros lo identificamos más con Spiderman, ¿y cómo no? El mismo afirma que muchas de las cosas por las que Peter Parker pasa son las que le han pasado a él. Joan Lee, también menciona que Spiderman, lo que él siente, su moralidad, el cómo es, son los sentimientos de Stan hacia la humanidad. Su «gran poder, conlleva una gran responsabilidad» es una gran lección que hasta hoy, al reflexionar la frase, es algo que no siempre nos atrevemos a asumir, y enseñar eso a un grupo de jóvenes que muchas veces no miden los actos es bastante destacable.

En los cuarteles de CanalFreak, somos muchos los que sentimos esta pérdida, y por eso, en este artículo, no estoy sola, y algunos de mis compañeros también expresaron su sentir a través de unas palabras:

Emocionarse por la partida de alguien que no es tu familiar pero que forma parte fundamental de lo que eres hoy en día creo que nos une como fanáticos y por sobretodo personas que disfrutamos de lo que llena. Su legado, así como el de Jack Kirby a pesar de cualquier circunstancia es clave en todo lo que nos conforma como devotos de marvel y de sus comic. Lamentablemente el, al igual que sus héroes no fue el mismo tras la muerte de su ser más querido, en su caso; su esposa, y hasta eso demuestra su grandeza, su humanidad pero también sus superpoderes. Un historia y trascendencia en la cultura freak jamás será igualada. – Fran Yañez

Stan Lee es un grande. Fue participe de la creación de muchos personajes y mundos que ahora son parte de la cultura, ni siquiera de la cultura pop, ni la geek, a estas alturas traspaso todas las barreras posibles. Gracias a Stan Lee muchos de nuestra generación aprendieron a ser lo que son y me incluyo en eso. Stan y Marvel hicieron en gran parte lo que soy ahora, un soñador, alguien que a pesar de todas las adversidades de la vida, me enseño que todos tenemos nuestros demonios pero que debemos enfrentarlos y me enseñó a tener una mentalidad de vida, una forma de enfrentar la vida y combatir el mal. Me enseño que con un gran poder se lleva una gran responsabilidad.

Grande Stan Lee. ¡EXCELSIOR! siempre te llevaremos en el corazón. – Julio Zenteno

 

Para mi, fue un visionario. Sus creaciones inspiraron generaciones. Sin tomar en cuenta todos los chicos que se entusiasmaron a aprender a leer con sus historietas.
Un hombre que fue capaz de reírse de sí mismo, ejemplo de ello: sus cameos en las cintas de sus creaciones. – Macarena Puyol

No soy una lectora de cómics, pero respecto al universo que se ha creado en torno a ellos, a sus personajes, a sus historias sobre todo en mi amor el cine, es otro cuento. Stan Lee nos dejó y eso duele, pero su legado, construido en base al legado de otros tantos escritores y dibujantes que colaboraron con él es innegable. La misma revolución que hizo en los sesenta con sus superhéroes con problemas reales, hoy ha llegado directamente al Séptimo Arte y eso ha marcado la vida de miles de personas, de creadores, de cineastas, de escritores y amantes del género. Stan Lee nos entregó héroes imperfectos con los cuales podemos identificarnos y, tanto a mediados del siglo XX, como en nuestros extraños y atribulados días, está más vigente y es más necesario que nunca. El último de sus cameos fue en la cinta Venom, pero en todos y cada uno de ellos, recibía un merecido aplauso y el reconocimiento de aquellos que tan felices hizo en las páginas o en una pantalla de cine o televisión. Gracias por tanto, maestro, ya eres uno con la Fuerza. Excelsior.  – Erika Moreno

Finalmente quiero decir, que, creo que a todos nos dio un lugar al cual pudimos escapar por un minuto, un segundo, cuando nos sentimos en aquellos momentos de oscuridad, así como también con cada recuadro, o con cada sonrisa, nos empujó a ser mejores, a nunca rendirnos, a levantarnos por aquello que creíamos correcto, aunque estuviésemos solos, porque nos hacía sentir que podríamos ser un superhéroe, y que debíamos abrazar eso, y no al prejuicio, al odio y a la intolerancia, sino que abrir los brazos a todo y todos porque así podríamos seguir adelante, sin importar en lo que creemos, o si somos diferentes, porque nuestras diferencias, son las que hacen al mundo grande.

Y después te das cuenta que… él era el héroe que te salvó mil millones de veces, y lo seguirá haciendo, porque siempre se supo, pero ahora al mirar el cielo sonreirás al decirlo propiamente: él ya era inmortal.

Nuestro Generalissimo, siempre se mostró como un hombre contrario al racismo, el odio y la intolerancia, lo condenó anteriormente y lo volvió a hacer el año pasado viendo como en su nación se comenzaba a comer viva por estos sentimientos, como lo dijo en el siguiente video:

«Marvel ha sido siempre y siempre será un reflejo del mundo. Ese mundo puede cambiar, pero lo que no cambiará será la forma en que contamos nuestras historias de heroísmo.  Esas historias tienen espacio para todos, sin importar su género, raza, religión o el color de su piel. Para la única cosa para la que no tenemos espacio es para el odio, la intolerancia y fanatismo. Ese hombre a tu lado, es tu hermano. Esa mujer ahí, es tu hermana. Y ese niño caminando, quién sabe, podría tener la fuerza proporcional de una araña. Todos somos parte de una gran familia, la familia humana y todos venimos juntos en el cuerpo de Marvel. Y tú, tú eres parte de esa familia, del universo Marvel que se mueve hacia adelante hacia grandiosa gloria. En otras palabras, ¡Excelsior!

 

 

Descansa en paz, buen señor. Gracias por todo lo que nos diste y seguirás dando, gracias por tus historias, y gracias por tu legado, el que estará por siempre en nuestros corazones.

 

Excelsior.

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