Su nombre es sinónimo de resiliencia.
Su historia es un ejemplo de tesón y superación.
Es Tererai Trent, uno de los grandes íconos
del movimiento del empoderamiento femenino.

«No soy una víctima,
Soy parte de la solución»

La vida es un hermoso camino que podemos transitar, que a lo largo de este camino, tropezamos, caemos, nos encontramos herramientas, puede ser espinoso, puede que no tengamos los zapatos lo suficientemente fuertes para caminar por él pero sin embargo, seguimos caminando.

La razón de que les diga esto es porque quiero hablarles del libro que leí llamado «Mujer despierta» de Tererai Trent, que es un libro que busca justamente eso: despertarnos contándonos a través de la mejor voz para hacerlo: la suya propia, con su propia historia, con sus propios miedos, tristezas, anhelos y esperanzas.

Tererai  proviene de Zimbabue, apartada del mundo y con una sociedad más opresora y patriarcal, en que las mujeres se ven obligadas a no educarse y a ser tratadas como moneda de cambio para matrimonios, y por ende, aguantar todo lo que el hombre haga, y vivir con ello.  Todo este horror, era un ciclo interminable es visto a través de los ojos de nuestra protagonista como que es ella la que puede poner un alto a esto. Ella literalmente, vivió en el infierno y sin embargo, se mantuvo ahí, firme. Es ella quien se levanta  desafiando a  su cultura y a sus costumbres establecidas, para lograr su objetivo de una educación.

Y pues a medida que leía el libro me resultaba emocionante hasta las lágrimas de ver como lograba el objetivo. Porque, son muchas las ocasiones en que al ver a una persona que ya pasó de los 18 entrar a estudiar, se les pregunta «¿Para qué? El tiempo ya pasó». Pero no es así. Porque, ¿saben? Tererai Trent no es solo una persona que escribió este libro, sino que al día de hoy, tiene una maestría y un doctorado y también es una de las voces más destacadas del mundo en la lucha por los derechos femeninos y el acceso de las mujeres a una educación de calidad.

¿Y eso cómo lo hizo? A punta de tesón, y de sus anhelos que los anotó en un papel y que cual semilla, la plantó para que germinara en su vida, y lo logró. Se planteó el objetivo y se levantó, pese a las cicatrices que le dejó la vida. Y hoy, tiene una fundación que se encarga de que las niñas de Zimbabue se eduquen lo más que puedan, gracias a su amiga Oprah Winfrey quien además se encarga del prólogo de su libro en que lo que más destaca es como en su amistad y en su primer encuentro se sintieron la una espejo de la otra, en que ambas cayeron pero se levantaron, y de forma majestuosa.

El libro se divide entre el relato de las vivencias, de sus recuerdos de Zimbabue, y también la parte de las revelaciones, de cómo sus propias experiencias las convirtió en rituales que nos hacen mirar en nuestro interior y hacernos preguntas que quizá cotidianamente no nos hacemos de manera seria:

¿Qué es lo que anhela mi corazón?
¿Cuáles son las heridas que acarrea nuestra alma?

Preguntas que quizá no nos animamos a pensar, o a decir, y sin embargo a medida que lees el texto, la contestas, no de manera inmediata, pero eso te va guiando para saber quien eres, y que quieres, porque muchas veces, puede que olvidemos esos sueños, y Tererai propone recuperarlos a través de rituales y grupos de las hermanas sagradas, encontrar a la niña que fuimos y preguntarle que soñaba y quizá eso cambió, pero podemos ya lo podemos verbalizar y finalmente ir detrás de ellos, porque si hay algo que Tererai a través de su fortaleza, su paciencia, su resiliencia y su sabiduría es que nunca es tarde para soñar y sobre todo para materializar ese sueño. Lo cual es bastante útil e inspirador en estos días cuando hay tanta gente que puede cuestionar todo, y es ahí cuando debemos ser fieles a nosotros mismos y nuestros sueños.

Nunca es tarde mis amigas, el pasado no podemos cambiarlo, ni borrarlo, pero sin embargo siempre habrá un futuro y un sueño brillando frente a nosotras. 

Sembremos nuestros sueños y cultivemos lo que podemos hacer, porque nuestro potencial es infinito, como las estrellas del cielo.

 

 

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