Gaspar Noé (Enter The Void, Irreversible), director y guionista argentino radicado en Francia nos presenta su nueva producción cinematográfica, la cual mantiene su esencia artística tan polémica.
En esta oportunidad nos encontramos con Clímax, largometraje belga-francés de 96 minutos escrito, coeditado y dirigido por el argentino, el cuál narra la insufrible y alocada fiesta de un grupo de bailarines tras largas horas de ensayos.

Reseña:

Tras la audición de variados artistas seleccionados para una nueva propuesta respecto a la danza y agotadores, reiterados y difíciles ensayos, los bailarines deciden en conjunto a su coreógrafa e hijo celebrar el término de las arduas horas de trabajo en la compañía de un excéntrico DJ, un amplio salón de baile apartados de la comunidad y la protagónica bebida alcohólica: sangría.
Selva (Sofía Boutella; “Street Dance 2”, “La momia”) junto a un grupo de 20 personas aproximadamente, danzan al ritmo de psicodélicos y atrapantes ritmos inventando coreografías persuasivas, frescas y con mucha personalidad creándose de esta forma un clima de fiesta, disfrute y por qué no, amistad en donde por supuesto, la convivencia y relaciones interpersonales se hace parte de la trama.
Tras potentes bailes y altas dosis de alcohol, mientras las horas pasan algo parece estar mal. Poco a poco los asistentes se comienzan a sentir extraños, las miradas se vuelven distorsionadas, los actos son agresivos, la vergüenza se va perdiendo y todo se vuelve un caos cuando descubren la presencia de LSD sin aviso previo en sus tragos, momento que marca un giro inesperado en la celebración.

Locura, drogas e incomodidad.
El sello de Noé es la locura, es el incomodar a quien observa, transmitir las vivencias en su pureza y por qué no mostrarnos lo más burdo de nuestra propia humanidad. Sumado también a la alta presencia de tonos oscuros, rojizos y cámaras en movimiento.
En esta oportunidad no nos perderemos de nada que alegue la dirección del argentino, es más, nos sorprenderemos aún más.
El playlist es simplemente magnífico, adecuado a el avance de la trama y los efectos que comienza a surgir. No es todo risas, baile y gratos momentos, el LSD en alta dosis comienza a calar en las acciones de los personajes, personalidades y palabras. En este largometraje no existe un protagonista más presente que la misma historia y en como esta incide en el efecto de la droga. Hay ganadores y perdedores, pero nadie queda indiferente a sus consecuencias.

Más allá de sus coreografías, las conversaciones improvisadas sobre temas como sexo, drogas y problemas personales entre los artistas, trata una arista sumamente distinta a lo que sucede tras esto. El ritmo de cada pista, los latidos más fuertes y la sed crean este camino perfecto hacia la hipnótica locura de bailes infernales sumado al conflicto de inicio; ¿quién fue el que nos drogó? Aflorando, gracias a los efectos psicodélicos, el lado más salvaje de cada uno de los asistentes.

¿Qué hace esta locura una imperdible?

Personalmente considero muy versátil la historia. Esto de no lograr encajar en mis conceptos ya establecidos en cuanto a: la búsqueda de un protagonista, antagonista, qué irá a pasar etc., descarrilló mis percepciones en la trama y realmente cautivó mi vista.
En momentos logras incluso asustarte al igual que los bailarines cuando descubren la presencia del LSD. Ver como este efecto comienza a evidenciarse de distintas maneras en cada uno de ellos es escalofriante. En cómo sus trabas personales inciden en su comportamiento bajo los efectos de la droga y en particular, como incluso puede dañarse a sí mismos y al resto.
Las tomas en planos seguidos elocuentes a la seguidilla de personajes entrelazados calza perfecto con los colores verdes, rojos y oscuros que posee el lugar de ensayo. En paralelo los planos de conversaciones entre pares y en un principio, las audiciones de los bailarines, permiten conocer más de sus personalidades y motivaciones, lo que por supuesto tendrá el nexo con el final de cada uno de ellos en la historia. El plano secuencial de la fiesta marca un antecedente clave para comprender como esta va desarrollándose de modo que las imágenes y sus protagonistas nos llevan como espectadores por varias sensaciones; alegría, plenitud, duda, miedo, alucinaciones y finalmente un profundo terror.
Así, con claras alusiones a terrores actuales como los efectos de fuertes drogas e hipnotizantes bailes, los dejamos invitados a ver, desde sus propias locuras la nueva película de Noé, la cual se estrena este jueves 28 en los cines de nuestro país.

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