Título original: Kimi no suizô wo tabetai
Dirección: Shin’ichirô Ushijima
Guion: Shin’ichirô Ushijima (Novela: Yoru Sumino)
Música: Hiroko Sebu
Fotografía: Mayuko Koike
Género: Animación. Drama. Romance | Amistad. Enfermedad. Adolescencia

Sinopsis: Un día, un solitario estudiante de secundaria encuentra un libro de bolsillo en el hospital. Su título es «Conviviendo con la Muerte». Resulta ser un diario de una compañera de clase, Sakura Yamauchi, en el cual escribe que, debido a su enfermedad pancreática, le quedan sólo unos cuantos meses de vida. Esto hace que surja una amistad entre ellos muy especial, desvelando la difícil circunstancia por la que atraviesa Sakura no sólo en relación a su enfermedad, sino también a otros factores que convierten su día a día en una cruel pesadilla.

Hay una canción del musical de Rent que parte con la siguiente pregunta: ¿cómo mides una vida? ¿cómo mides un año? En amaneceres, ocasos, noches, tazas de café, en centímetros, en millas, en luchas o en risas.

Durante 2014, Yoru Sumino publicó en una página web de relatos la historia de Sakura Yamauchi, una joven enferma de cáncer de páncreas, y que quiso guardar sus memorias en un pequeño diario y aprovechar de acercarse a un muchacho un tanto huraño y callado del que termina haciéndose su amiga.

La premisa fue tan interesante que llegó a una novela, posteriormente un manga, una muy exitosa adaptación live-action y por supuesto la adaptación definitiva: película animé. Y de esta adaptación es la que voy a hablarles ahora.

 

R E S E Ñ A 

Cuando escuchas que vas a una película que se llama ‘Kimi no suizô wo tabetai’, o ‘Quiero comerme tu páncreas’ uno de inmediato podría pensar que se trata de un título algo extraño, pero créanme que es solo en apariencia, y si algo sabemos es que no se debe juzgar a un libro por su portada.

En este caso, el libro es la historia de Sakura Yamauchi, una joven que sabe que, a causa de una enfermedad, cuenta con muy poco tiempo de vida. Pero ella decide vivir feliz, vivir al máximo lo poco que le queda con la gente que ella ha escogido para hacerlo, en este caso, el muchacho protagonista (cuyo nombre no se revelará hasta más adelante) que recuerda como conoció a esta y que es el único que sabe de la situación real.

Con una premisa así de sencilla, sabes hacia donde va a esto, sabes que el final no va a ser exactamente feliz, la película no se esfuerza por esconderlo, pero en este tipo de historias no importa tanto el final, sino el desarrollo de los hechos, de hecho porque presentan algo importante desde el minuto uno, lo que hace que uno se enganche en la historia completamente.

La película es un viaje sumamente emocional, pero, también tiene sus respiros cómicos, y hace que te intereses en los personajes que están intentando lidiar (cada uno a su manera) con algo que saben que va a terminar.

Sakura y el otro protagonista (no diré el nombre porque no se dice por una razón en específico, son prácticamente polos opuestos, ella es apasionada, dulce, intensa, creativa y habla con todos, mientras que él es callado, a tal punto que no se esfuerza por hablar con nadie y solo lee libros, porque dice que son más apasionantes que las personas. Uno podría pensar en un estereotipo, pero de hecho, explican de manera muy interesante el porqué él es así, porque en muchos momentos me sentía identificada con él en su experiencia en el colegio.

La película visualmente es hermosa, acompañado con una música que crea una atmósfera muy hermosa e íntima, y unos escenarios maravillosos, como imágenes de los típicos arboles de cerezo que aparecen tanto en series y películas de anime. Ésta es la ópera prima cinematográfica de Shin’ichirô Ushijima; su experiencia como director viene de series televisivas de anime. Para ésta película, hizo él mismo la adaptación de la historia homónima escrita por Yoru Sumino y hace realmente un gran trabajo.

Volviendo a lo que es la idea principal de la película, esta es una hermosa historia de un paso más en la vida, la amistad, el primer amor,  la decisión de vivir la vida intensamente aún sabiendo que tienes el tiempo en contra, las enseñanzas que obtenemos de otras personas que forman parte de nuestras vidas y que, de alguna manera, y que, a causa de esas personas somos lo que somos ahora.

Eso es una verdad que sabemos, pero, cuando lo ves en pantalla relatado de una manera tan delicada, dulce, no puedes más que emocionarte hasta las lagrimas, porque, a veces podemos olvidarlo, pero, hace bien recordarlo, hace bien saberlo.

Tú, quien lees esto, yo, todos somos quienes somos gracias a las personas que forman parte de nuestro pequeño universo, todos ellos, los conocimos más que por la vida, fueron nuestras propias opciones, y, ¿acaso nuestro mundo no es mucho mejor por eso? 

Para mi estar viva es tener la posibilidad de conectar nuestro corazón con el de otras personas

Entonces volviendo a la pregunta tomada de esa canción: ¿Cómo medir una vida? La medimos en amor.  Esa es una marca que no la vemos, pero siempre está ahí.

 

Quiero comerme tu pancréas estará a partir de mañana en algunas salas de Cine Hoyts,  por tiempo limitado y les recomiendo que la vean porque es de esas películas que les hará bien ver.

 

 

 

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