La incansable búsqueda por la excelencia en la industria tecnológica encuentra su epítome en la serie V30 de Vivo Smartphone, un ejemplo de dedicación y rigor en la fabricación de dispositivos móviles. Más allá de las especificaciones técnicas, estos teléfonos son sometidos a más de 700.000 pruebas de resistencia y rendimiento antes de llegar a las manos de los consumidores. Acompáñanos a explorar las «peripecias» que estos dispositivos deben superar para garantizar una experiencia de usuario inigualable.

En un mercado saturado de novedades y competencia feroz, la calidad de un dispositivo se erige como la piedra angular del éxito. Según una encuesta de CertiDeal, la segunda razón para renovar un smartphone en menos de dos años es «daños en el equipo». Consciente de este desafío, Vivo Smartphone destaca su compromiso con la calidad, revelando las pruebas extremas a las que somete a su serie V30. Desde resistir 42 mil golpes hasta soportar 150 mil pulsaciones de botones de volumen, cada detalle se evalúa minuciosamente para asegurar la durabilidad y fiabilidad del dispositivo.

La maestría en la fabricación de estos teléfonos se manifiesta en las más de 700.000 pruebas de resistencia y rendimiento. Felipe Barra, máster trainer de Vivo Smartphone, destaca que en un mercado tan competitivo, la calidad no puede dejarse al azar. Las pruebas incluyen desde simulaciones de uso diario hasta exposición a ambientes extremos, como niebla salina, sauna seco y duchas frías en todas direcciones. Superando incluso la congelación a -40 °F y posterior aumento a 167 °F, los dispositivos reciben certificaciones IP54 o IP68, demostrando su resistencia al polvo y al agua. Para Vivo, la excelencia no es solo una meta, sino un estándar que supera todas las expectativas y redefine la durabilidad en dispositivos móviles.

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