Si hay algo que ha marcado la agenda desde hace un tiempo son los movimientos sociales y gracias a esto se están dando grandes pasos, porque se está hablando de lo que sucede y -en la medida de lo posible- acompañando y apoyando a las víctimas que tan valientemente han roto el silencio. Y lo maravilloso de eso, es ver la valentía de aquellas mujeres que quisieron decir que ellas también lo pasaron, y que el abusar del poder con otra persona es algo que existe y ya no podemos seguir ignorándolo por más tiempo.

Y en HBO, hay una historia que hace eco a la realidad, una vez más mostrando porque HBO va a la vanguardia de sus propuestas audiovisuales.

‘The Tale’ recrea la historia real que le ocurrió a su directora que decide contarnos lo que pasó de una manera bastante sorprendente, y valiente. Porque usualmente cuando vemos una película que se basa en algo que realmente sucedió vemos usualmente un texto que dice «se basa en hechos reales» y por supuesto, modifican los nombres de sus protagonistas. Aquí es diferente, porque el personaje principal interpretado soberbiamente por Laura Dern se llama Jennifer Fox, que es el nombre de la directora.  Esto se siente tan íntimo que uno llega a sentir que más que una película, sino un documental actuado, y tiene mucho que ver con la directora, ya que ella es justamente en la actualidad, una aclamada documentalista.

Así es como ella da el paso al frente a contarnos su vida, dando su propio nombre e invitándonos a que la acompañemos en este viaje de retrospectiva, pero también, de reconciliación, con ella y sus traumas, su familia y por sobre todo. su historia, porque esto es como ella lo recuerda.

El viaje nos lleva al verano de 1973, en que la pequeña Jennifer (Isabelle Nélisse)  de ya unos 13 años, llega a un campamento para aprender la equitación de la hermosa e intrigante Mrs G (Elizabeth Debicki), una mujer casada que se encarga de entrenar las niñas en compañía de Bill (Jason Ritter) un ex deportista divorciado y más cercano a los 40 años. Al conocerlos, ella se siente de inmediato atraída por lo adultos y maduros que son, y ya que ella es de una familia numerosa, tiene ese deseo enorme de sentirse mayor e incluso se dice a si misma que se ve mayor, que se ve más madura que el resto, pese a que tristemente para ella, sigue viéndose como una niña, porque eso es lo que es: una niña.

A partir de ese momento este relato toma una dirección dolorosa en que vemos como Jennifer vuelve sobre sus pasos y apreciamos como es el poder que tienen los traumas sobre nosotros, como estos pueden dominar tanto nuestra memoria al punto que recordemos una cosa de una manera cuando la realidad es completamente diferente. Como nuestros propios recuerdos pueden traicionarnos.

Fox nos cuenta de manera cruda pero honesta como es que ella perdió la virginidad a los 13 años con este hombre mayor y que a su manera logra sobrellevar ese abuso, diciendose a si misma y al resto que esto fue consensuado, que esto era una relación formal y sintiéndose especial porque alguien mayor posó sus ojos en ella. Y así mostrando como es que es lo que el abuso marca en nuestras vidas: de ahí a que sea tan terrible hablarlo, porque se pueden decir muchas cosas, pero, ¿cómo reaccionamos ante eso?

Su madre (Ellen Burstin) es quién descubre su trabajo escolar en que ella cuenta lo que le pasó y al internarnos en ese «trabajo escolar» vemos que sus recuerdos son incluso más crudos de lo que parecían y Jennifer comienza a entender la verdad en sus memorias distorsionadas que pese al dolor, ella está dispuesta a aceptar la verdad: eso no era amor, eso fue abuso, y esa persona se aprovechó de que ella era una niña. Y eso ha marcado su vida para siempre, y no solo para ella, sino también para sus relaciones.

Todo esto nos muestra una película que si, hay que decirlo: NO es fácil de ver, pero a la vez ES SUMAMENTE NECESARIO de ver. Porque somos nosotros, la generación que es adulta ahora, quienes podemos marcar la diferencia en el futuro, somos nosotros quienes tenemos que tomar la bandera y proteger pero por sobre todo para educar a nuestros hijos de que el abuso, viniendo de la persona que sea, no se debe permitir. Es nuestra tarea y también va a ser nuestro legado si es que logramos que esto no siga pasando.

Así como también es estar del lado de las víctimas, acompañarlas y tomarles de la mano para decirle que sin importar cuántos años hayan pasado, ellas no están solas. Y que estamos con ellas, porque apreciamos su valentía de decir lo que pasó. De decirles «Yo te creo» porque la misma Jennifer Fox decidió contar la historia con su nombre para que creyeran en su testimonio que decidió plasmar en una película, su primera película.

Finalmente véanla porque somos testigos de actuaciones tremendas y desgarradoras, pero que se siente el compromiso al entregarnos una historia que tardó 45 años en contarse, pero, que está aquí, entre nosotros.

En un mundo en el que historias como la mía
a menudo han sido empujadas a la oscuridad,
nadie ha sido mejor que HBO para arrojar luz
sobre la narración de historias y temas sociales importantes.
– Jennifer Fox, Directora.

Gracias Jennifer Fox, por tu valentía y tu testimonio. Ya no estás sola.

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