Hace un par de semanas escribí sobre la beta del nuevo juego de Ubisoft, Tom Clancy’s Ghost Recon Wildlands. Tuve la posibilidad de jugar el título unos días antes de su lanzamiento oficial, que fue el 7 de marzo, y hay mucho que decir al respecto.  La última entrega de Ghost Recon sigue la línea de acción táctica de sus predecesores, sumándole un mundo abierto  del cual ya puedes disfrutar en Xbox One, PC y PS4. Yo lo estoy disfrutando en mi consola Sony y no he tenido problema alguno con los servidores.

Lo principal, era todo lo que prometía.

En un comienzo debemos crear a nuestro personaje, es aquí donde los grados de costumización llegan para satisfacer a todo publico. Podemos cambiar desde el rostro, el color de piel o cabello, peinados y vestuario capa por capa. Parte en particular que siempre me entretiene más de lo que debería (los amantes de la franquicia The Sims me entenderán).

Esto es lo que veremos en un comienzo.

Luego de esto entramos de lleno a la experiencia de juego, siendo aquí dónde se nos presenta por medio de cinemáticas, muy buenas por cierto, la historia del Cártel Santa Blanca que se ha apropiado de Bolivia siendo nuestro objetivo final acabar con El Sueño, amo del cártel de drogas y autoploclamado mesías. Para esto, debemos desarticular la red del cartel, con misiones principales y secundarías, destinando capítulos a los personajes claves que nos llevarán a nuestro objetivo y a destruir a la organización criminal. La historia no tiene mucho peso y tampoco es que lo necesite, abarca el tema de las drogas de forma ligera, siendo lo principal la acción y la experiencia de juego.

El mundo abierto fue lo que más llamó la atención y cumple a la perfección, la gran cantidad de personajes significa muchas misiones y un gran mapa donde podremos desarrollarlas. Los detalles son excelentes y los paisajes no pierden finura, inclusive va cambiando el clima a medida que jugamos. Debo admitir que uno de mis principales miedos fue que con la construcción de este gran mapa no hubiera solidez y persistieran los bugs que se veían en la beta, pero el resultado final es mucho más de lo que esperaba.

 

Para este gran mapa necesitamos transporte, y es así como podremos manejar toda clase de vehículos por las calles, lagos e incluso cielos de Bolivia; desde helicópteros, motos, botes, etc. Estos formarán parte fundamental de la experiencia con una conducción sencilla, esto último es un punto débil del juego para algunos pero en lo personal no me molesta.

Como mencioné anteriormente, las misiones son bastantes es por eso que pueden llegar a tornarse un poco repetitivas, es aquí cuando tendremos que poner en práctica nuestra creatividad, eligiendo si realizarlas en sigilo o de forma agresiva. Todo dependerá también del modo en el que lo juegues.

Sí bien podemos optar por un modo single player sin conexión a red , donde seremos acompañados por 3 ghosts generados por la consola, podemos sacar todo su potencial en el modo cooperativo.

El matchmaking no es bueno, pero podría ser peor como lo ha sido en For Honor. De la forma que más lo disfruté fue jugando con un amigo, donde la creación de formas alternativas para completar cada misión hizo que la monotonía que presentaban las mismas pasaran a segundo plano.

El cómo llevemos acabo cada misión también dependerá de nuestros recursos, en un comienzo tendremos un arsenal de armas de gadgets limitado, pero ha medida que avanzamos podremos ir adquiriendo tanto más armas como mejorar las cosas que ya teníamos. La cosa que lejos más he utilizado es el dron, el que fui mejorando de a poco, además, llega un punto en el que podremos personalizar nuestras armas por completo.

 

Rescatando todo lo bueno de anteriores juegos de Ubisoft (Far Cry y The Division) , Wildlands se muestra con la misma formula pero de una forma refrescante. Muy recomendable para jugar con amigos y te dará desde 15 a 50 horas de diversión aproximadamente, dependiendo si te atreves a jugar cada una de las misiones.

 

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