«La mujer no aspira a gobernar sobre el hombre, sino a gobernar sobre sí misma»

Es increíble como una narrativa acertada, una pluma afilada y un inteligente sentido del humor pueden hacer que una obra se mantenga vigente después de doscientos años. Sin embargo, este elogio hacia la autora es, al mismo tiempo, una muestra demasiado patente de todo aquello que falta por avanzar en el mundo.

Vindicación es una crítica dura, elocuente, sarcástica y detallada del mundo en donde los hombres pretenden mantenerse en un nivel de poder por sobre las mujeres, construyendo para ello un sistema en donde se las empuja a permanecer en segundo plano, subyugadas y dependientes.

Es bastante triste que el párrafo previo pueda decirse de la sociedad actual, al igual que hace más de dos siglos.

Para situarnos en la época donde esta escritora, filósofa e institutriz escribió este texto, basta decir que aún ardían las llamas de la revolución francesa. Para bien o para mal, el pueblo acababa de pasar por encima de una realeza indolente e insolente, para defender sus derechos; sin embargo, el derecho de las mujeres no parecía tener cabida para los intelectuales, que se esforzaban por mantener el horizonte del mismo color que hasta ese momento.

Las mujeres eran dependientes del control y protección del padre y luego del marido, siendo condenadas las pobres a trabajar para las ricas, y las ricas a acicalarse y no hacer mucho más. A primera vista podría parecer que las de posiciones acomodadas estaban en mejor posición, pero las cosas no son lo que parece.

Lo que a ojo rudo podría parecer un texto en contra de los hombres, es en realidad un retrato acertado de la sociedad, analizando de forma crítica tanto los defectos de un género como del otro, sin llegar a extremos caricaturescos. Con pluma llena de estilo y un inteligente uso de metáforas y referencias, la autora critica que a las mujeres se les críe para buscar marido y dedicarse a menudencias, despreciando el cultivo de la mente a través de la lectura, las artes y las ciencias.

Esta idea tiene su refuerzo en que, a través de estos métodos, los hombres pueden mantenerse en control de las mujeres, despojándolas de su independencia económica, y creando una imagen de virtud basada en la belleza y la delicadeza, una forma estilizada de indefensión.

“No existe virtud que nazca desde la ignorancia”

El sistema al que hace referencia la autora no solo es nocivo para las mujeres, sino también para los hombres, ya que los rebaja en sus acciones e impide que puedan hacer avanzar a la sociedad. Muy acertadamente, la autora indica que, para que nuestro mundo sea mejor, es primordial que todos tengan acceso al mismo conocimiento y crecimiento, y no solo una parte de la humanidad.

Si bien se nota la época en que este libro fue escrito, por el énfasis en el concepto de familia, en desdén de la diversidad de modos de vida, es sumamente atrevido en delinear la independencia económica, la necesidad de instrucción equitativa y el cumplimiento de los deberes humanos a nivel de persona y no de género, conceptos vigentes hoy como en ese entonces.

Pros

Es una lectura indispensable para cualquier persona que quiera abrir su mente, en caso de necesitarlo, y cultivarla en aquel donde ya tenga nociones sobre lo necesaria que es la igualdad en el mundo.

Contras

Para quienes no tengan la disposición de ver los errores de la sociedad y asumirlos como un problema real y que nos afecta a todos, este libro puede ser bastante incómodo.

Frikómetro

Además, los invito a una reseña de estantería, revisando la experiencia al leer y ciertos detalles. Pueden verla aquí.

Saludos y buenas letras.

 

 

 

 

 

 

 

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