• Nombre: El Primer Hombre en la Luna
  • Director: Damien Chazelle
  • Reparto: Ryan Gosling, Claire Foy, Jason Clarke, Kyle Chandler, Corey Stoll

Rating: 3/5

Sinopsis

El 21 de julio de 1969, Neil Armstrong (Ryan Gosling) se convirtió el primer hombre en pisar la luna. Basada en el libro de James R. Hansen, esta es la historia de la misión que cambió el mundo.

RESEÑA

En octubre de 1957, con una desatada Guerra Fría, los soviéticos lograron imponerse sobre Estados Unidos de una forma peculiar: enviando el primer satélite al espacio. Fue aquello lo que impulsó lo que conocemos como carrera espacial, y que motivó a los americanos a ser los mejores no solo dentro sino fuera del mundo e hizo que, en julio de 1969, Neil Armstrong y Buzz Aldrin se convirtieran en los primeros hombres en caminar en la luna.

Casi 50 años después de que Armstrong pusiera un pie la luna y dijera que “es un gran paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad”, este momento histórico vuelve a la memoria de la mano de Damien Chazelle y Ryan Gosling. Ya habíamos visto al dúo en el famoso musical del 2016, La La Land, que le dio a Chazelle el Oscar por mejor director (el más joven en la historia de la categoría). En esta ocasión, el cineasta decidió traer a la pantalla una historia real: la de Neil Armstrong.
Traer historias reales a la pantalla grande es algo complicado. Una de las cosas más importantes es encontrar a la persona indicada para retratar a un personaje no ficticio, y han habido casos excelentes: Natalie Portman como Jackie Kennedy, Jesse Eisenberg como Mark Zuckerberg, y el más reciente Rami Malek como Freddie Mercury. En esta ocasión, Chazelle eligió a Ryan Gosling para representar a Neil Armstrong. ¿Fue una mala elección? Quizás. La verdad es que Gosling no logra brillar, aunque yo no apuntaría el dedo a él sino al mismo Chazelle y a su escritor, Josh Singer, quienes se enfocaron tanto en contar la historia de una manera lineal y tratar de meter la mayor cantidad de eventos posibles en 2 horas, que olvidaron darle una profundidad al personaje que iba a ser el foco de su película.

La historia inicia en los años 60, con un Armstrong que ya prometía como un piloto capaz de sobrellevar las dificultades del espacio y un candidato perfecto para futuras misiones fuera de la tierra. Pero eso se complica en 1962, cuando la muerte de su hija Karen producto de un tumor hace creer a los directores de la NASA que Armstrong no es tan adecuado para ser enviado al espacio en una misión tan peligrosa y significativa.

Chazelle intenta contar la historia del aterrizaje lunar en contraste con la vida del hombre que fue foco de la misión. En su hogar, y producto del dolor, Armstrong se vuelve retraído con su familia y sus amigos. Pareciera que Chazelle quiere argumentar que es ese evento -la muerte de su hija- el que lleva a Armstrong a concentrarse de manera exclusiva en ir al espacio, pero aquello ni siquiera se demuestra acorde avanza la película; de hecho, en un intento de interpretar a un hombre sin emociones, Gosling comete el error de parecer aburrido casi en la mayoría de la película. En ningún momento entendemos cuáles son las motivaciones de Armstrong o que lo hace tan distinto de los otros pilotos en participar en uno de los eventos más importantes en la historia de Estados Unidos. La muerte de su hija es detonante y definitoria para él, pero existe tan poca capacidad emocional de parte de Gosling que el momento no se siente tan fuerte como quizás Chazelle quería.


La mejor interpretación se la lleva quien pasa en la oscuridad durante la mayoría de la película: su esposa, Janet Armstrong (Claire Foy). Aunque es un personaje con aún menor profundidad que Neil -Janet pasa toda la película sirviendo del personaje de “esposa” o “madre”- Foy trató de brindarle lo que más pudo. Algo que se está volviendo habitualmente peligroso en Damien Chazelle -con excepción de La La Land, aunque igual tuvo sus críticas en cuanto a la escritura del personaje de Emma Stone- es que el director se rehúsa a escribir mujeres multidimensionales, sino que solo lo hace como instrumentos para sus personajes masculinos (Andrew en Whiplash y ahora Neil Armstrong). Es evidente tan solo en el hecho de que Armstrong tiene el espacio durante toda la película para llorar a su hija, mientras que en ningún momento vemos el efecto que esto tiene en Janet.

Pero mirando la imagen general, El Primer Hombre en la Luna no es una película terrible. La primera escena tiene una tensión clásica de Chazelle, comparable con su trabajo de Whiplash, y que recuerda incluso a Gravedad de Alfonso Cuarón, y vemos harto de esto durante el resto del filme. El espacio es tanto hermoso como lo es aterrador, y eso es algo que Chazelle entiende y logra representar muy bien. Al igual que en La La Land, el compositor es Justin Hurwitz, quien logra crear una atmósfera de tensión gracias a su música. Sin adelantarme, no me sorprendería que esta película recibiera algunas nominaciones técnicas en la próxima temporada de premios, aunque dudo que Gosling reciba alguna mención. El Primer Hombre en la Luna es una interesante historia sobre el alunizaje en la luna, pero no sobre el hombre que fue el personaje del evento.

La nueva película de Damien Chazelle ya se encuentra en cines chilenos. ¡Comenta en nuestras redes qué te pareció!

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