Nombre: Animal
Director: Armando Bó
Música:  Pedro Onetto
Guionistas: Nicolás Giacobone & Armando Bó
Reparto: Guillermo Francella,  Carla Peterson,  Gloria Carrá,  Marcelo Subiotto, Mercedes De Santis,  Federico Salles,  Majo Chicar,  Joaquín Flamini

SINOPSIS: Antonio Decoud es un hombre de familia conservador que se ve obligado por el destino a enfrentar una situación inesperada que lo sacude hasta el núcleo, revolviendo su vida y sus prioridades, empujándolo a olvidar sus creencias y su forma de entender la vida y seguir el instinto más básico: el instinto animal.

En la vida, a medida que crecemos, tomar la decisión correcta se va volviendo cada vez más complicado, porque no se trata de pensar solo en la solución sino del resultado al mediano y largo plazo, y cómo eso va a repercutir en tu entorno. Y a veces aquellas decisiones no las tomamos de manera racional, sino que se apela a nuestros bajos instintos.

El cine, en los últimos años ha dado muestras interesantes  acerca de personajes que se debaten entre el primer instinto o hacer lo que la norma social dice que debemos hacer. Lars Von Trier, Alejandro González Iñárritu (de quién fue guionista en Biutiful), Yorgos Lanthimos, Damián Szifron son solo algunos de los cineastas que en sus películas indagan al ser humano en su lado más crudo, en su ser más crudo y pasional. Y a ellos, Armando Bó es otro que se suma en esta nómina, porque al ver esta película, es algo difícil de ver, no se le puede disfrutar, y es que en palabras de su propio director: “Es jodido que una película no te provoque nada”.

Lo cual es una reflexión interesante. Sobre todo porque semana a semana llega una nueva película entonces no tenemos la oportunidad quizá de sentir, y digerir una película. Y Animal produce esas sensaciones.

La película nos presenta la historia de Antonio, un hombre de cincuenta y algo que gracias a su esfuerzo de años, es dueño de una apacible vida. Posee un trabajo de ejecutivo en un frigorífico muy bien remunerado, su casa en los suburbios de Mar del Plata, su auto, dos hijos adolescentes que lo quieren y lo respetan, un bebé adorable, y Susana, una esposa cariñosa y comprensiva (una sólida actuación de  Carla Peterson). Una familia con la que desayuna todos los días antes de que salga a correr para tener un cuerpo sano. Pero como no todo puede ser tan bueno por siempre, la vida de Antonio sufre un revés cuando sufre un problema de salud que requiere de un trasplante.

Cosa que sabemos, no es algo sencillo. ¿Cuántas veces no hemos visto en diferentes medios las eternas listas de espera para un trasplante?

Comienza una carrera contra el tiempo de esperar a que tengan una respuesta, y ya que el marco regular no le da respuestas, Antonio decide tomar una ruta diferente: buscar lo que sea, en orden para sobrevivir. Porque está claro que el sistema ya no lo va a ayudar. Y en su sufrimiento, Guillermo Francella lo transmite de una manera sobrecogedora, porque pese a que se mantiene optimista todo el tiempo y casi imperturbable, se ve en sus ojos y en sus acciones que quiere vivir. Quiere que su cuerpo no lo traicione y ya nada de lo que ha hecho sirve, y la ironía más grande es que tiene el dinero para hacer lo que el desea… excepto salvar su salud.

En ese momento surgirán dos personajes que darán otro giro a la historia y que a medida que pasan los minutos la vuelven más angustiante, en este caso prefiero no entrar en detalles, pero créanme que van a estar pegados a sus asientos porque hasta el último momento, la película sorprende, porque, nunca sucede lo que uno espera que suceda.

Lo que más agrada de esta película es sin duda el elenco que están todos en su mejor nivel. Francella, como siempre muestra a un personaje noble y frágil, que ha seguido las reglas toda su vida y luego se enfrenta a eso sintiéndose traicionado porque sabe que no puede hacer nada, Carla Peterson mostrándose como alguien que a medida que transcurre la película pierde la comprensión por su esposo por la exposición al que su marido la expone. Y también está Federico Salles y Mercedes de Santis, ambos excelentes actores que son personajes que uno puede pensar que no son posibles, pero, sabemos muy bien que ellos existen. Todos los personajes existen, y eso resulta desolador. Y por eso se hace una película que es complicada de ver, pero que a la vez por eso es que debemos revisarla.

muestra este experimento social al exponer a un hombre común a una situación límite, provocarle un pandemonio personal y mostrar cómo reacciona a un entorno que no busca comprenderlo el porque piensa como piensa.  La pregunta que deberíamos hacernos es hasta dónde somos capaces de llegar y cuánto somos capaces de sacrificar con tal de sobrevivir.  Porque, el animal en nosotros surge cuando estamos al límite de irnos en un camino sin retorno. Y nuestro  dilema se extiende, porque nuestro problema ya no es solo nuestro, porque repercute en nuestro entorno. Por eso les hago la pregunta mis queridos freakys: ¿qué están dispuestos a hacer con tal de que un ser querido salga adelante? ¿Nuestras posesiones? ¿Nuestra vida? ¿Nuestros sueños?

 

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