Queridos freakys, les doy la bienvenida nuevamente a una nueva edición de Kobato recomienda, sección en que les hablo de un animé y lo recomiendo, que había dejado algo de lado, pero es un buen propósito el irla retomando. Y en esta ocasión, vengo a hablarles de un animé que fue uno de mis favoritos el año pasado.

Wotaku ni Koi wa Muzukashii o El amor es muy difícil para un otaku es uno de esos animés que solo con su premisa sientes que estás entrando a otra dimensión: esto, porque, por lo general, los protagonistas de alguna serie que vemos, son adolescentes que aún «van al colegio» y esto es porque para los japoneses la etapa escolar es algo que la mayoría recuerda con cariño, por lo que resulta muy extraño ver un protagonista de un animé ya en su ámbito laboral, y que su foco sean las relaciones sociales entre ellos.

 

¿De qué se trata la historia?

Narumi Momose es una energética joven de 25 años, que comienza el día asistiendo a su nuevo trabajo, viene de un rompimiento amoroso, y ahora solo quiere enfocarse en lo que será este nuevo desafío laboral, ve las instalaciones, conoce a sus compañeros. ve a un antiguo amigo de la infancia que le señala que hay un próximo evento nerd….

¡¡EL HORROR!!

Porque hay cosas que Narumi se esfuerza por esconder. En su caso, que ella lee mangas y ve animé hasta hoy y este hobby es justo el que le ha costado tantas relaciones, una vez que comienza a «mostrar su poder de pelea» es que usualmente quien está con ella pierde el interés, y eso la frustra mucho. Por eso es que ella decide comenzar de nuevo con esta identidad que le ha costado construir de ser una «persona normal».

Afortunadamente ahí, está su amigo de la infancia, Nifuji Hirotaka,un genio de los videojuegos, quien siempre ha estado enamorado de ella pero nunca ha sido capaz de expresarlo por no ser muy vocal con sus sentimientos, y le propone ser su novio. Y ella acepta, en un principio como no queriendo algo muy en serio, pero a medida que avanza la serie, nos damos cuenta que efectivamente, ella si lo quiere tanto como él a ella.

Junto a ellos, también aparecen en escena otros compañeros de trabajo (otakus por cierto) Tarou Kabakura (un fan de los mangas de bishoujos y superhéroes) y Hanako Koyanagi una célebre cosplayer que siempre se disfraza de personajes masculinos (y tiene mucho éxito por cierto) y como Narumi es muy fan del yaoi. Hanako y Kabakura son los superiores de Narumi y Hirotaka y también son novios, solo que salen desde la secundaria, y se llevan bien a pesar de que tienen unos cuantos roces de vez en cuando.

Todo eso, nos presenta una premisa que es menos convencional a diferencia de otros manganimés que hablan de relaciones amorosas.

¿El amor es difícil?  ¿Y para un otaku?

 

Quizá una de las cosas que más me gusta de la serie es de alguna manera, su realismo a la hora de retratar las relaciones de estas dos parejas. Porque no solo retrata que esto es complicado porque sean otakus, sino porque las relaciones son complejas.

Es un giro interesante a estas series románticas, he visto muchas a lo largo de mi vida y generalmente va así: Un chico conoce a una chica (por lo general en la escuela) y x se enamora de y, al principio no se soportan porque son rivales, y siempre ha tenido sentimientos por x y así, y, y usualmente todos los problemas que tengan es por la falta de comunicación que claro, se termina arreglando. La fórmula se ha hecho muchas veces y reciclado otras tantas y se seguirá haciendo para mantenerla fresca pero uno desconoce por cuánto tiempo.  Y es en ese departamento que, Wotakoi se siente como un soplo de aire fresco.

Porque se trata de dos amigos de intereses comunes que intentan salir juntos y se enamoran en el proceso además de una relación algo más disfuncional pero que hay preocupación y amor mutuo. En ellos hay sinceridad y saben lo que pasa por la cabeza del otro, a diferencia de Narumi y Hirotaka tienen los mismos problemas de no entender que pasa en la mente del otro a causa de sus propias inseguridades. Lo mismo que pasa cuando apenas se comienza una relación. En serio, vemos a Narumi pensando que quizá Hirotaka no quiere salir con ella porque no es del prototipo de chica que le gusta, y como él es inexpresivo no tiene cómo saberlo, y la verdad es que está ese miedo latente de realmente no querer saber la respuesta. Lo que al final te dice, que el amor no es que sea solo complicado para un otaku. La serie tiene esos detalles, que se sienten reales que quizá muchos hemos sentido en un punto y eso hace que el diálogo se sienta tan extrañamente real y si a eso le sumamos las referencias lo hace mucho mejor.

¿Referencias? Sí, referencias

Un gran acierto del estudio A-1 es haber pagado por licencias de distintos mangas (hay un capítulo en que van a una tienda de mangas y se ven directamente las portadas de mangas actuales que ellos compran) animes clásicos y de videojuegos, y los personajes simplemente hablan de aquello que les gusta, y como van en sus vidas y de a poco llegan a sus preocupaciones reales e incluso se dan los tiempos para hacer bromas y cubrir sus verdaderos sentimientos a la vez que hacen preguntas con doble significado, entonces cuando llega un momento tierno se siente hermoso y a la vez muy especial.

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Quizá el único detalle en contra es que, en el animé al menos son apenas 11 episodios y no alcanzas a apreciarlo completamente, por lo tanto siempre es más recomendable partir por el manga.

 

Conclusión

 

No podría recomendarles lo suficiente este manganimé que definitivamente fue una sorpresa. Una grata sorpresa ya que toma ciertos clichés del anime shoujo, que por muchos años dieron falsas expectativas respecto al romance, como lo han hecho otras cosas (como los romances Disney) porque aquí ves a personajes ficticios preocupándose de cosas reales de la cotidianeidad, el mismo valor que se puede ver en animes como Aggretsuko, porque la vida es complicada, en la vida laboral, hay veces en que no va a ser tan sencillo ver a los amigos, y familiares ni menos a la persona especial por tareas inesperadas y si a eso le sumamos, tener buenas relaciones laborales con los jefes y mantener las apariencias y eso es algo que ejerce mucha presión en la vida adulta.

Y eso es una gran cosa que un animé lo reconozca porque, un anime es algo que puede reflejar muchas cosas de la vida pero que la mayoría de las veces no lo hace, sobre todo el género del romance podría beneficiarse bastante de un poco de madurez. Hay muchas historias por ahí que merecen ser contadas para que los otakus las conozcan, porque sí, el amor puede ser complicado para un otaku. El amor es complicado en general. Y que una serie como esta lo reconozca, si, se siente como el primer paso para un viento fresco más que bienvenido en este género.

 

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