“¿Puede un autor escribir su propia muerte?”

En esta revisión haré un repaso de los hechos más destacados de la historia, junto a un análisis del tema del libro y mi experiencia al leerlo.

Se comete un crimen en Suffolk mientras Adam Dalgliesh está de vacaciones en ese lugar, y a partir de este momento las verdades y las mentiras serán fundamentales para definir el futuro.

Muertes poco naturales es una novela policial escrita por Phyllis Dorothy James, en donde juega a sacar al personaje protagónico del lugar en donde habitualmente está. En otras historias hemos visto a Adam ejercer su labor como policía dirigiendo la investigación y utilizando todas sus capacidades para descubrir al responsable de un asesinato; sin embargo, en esta novela se está tomando unos días de descanso en la casa de su tía en Suffolk, esperando encontrar allí la tranquilidad que necesita para ordenar sus ideas y recuperar energía, además de tomar una importante decisión en el ámbito personal. La historia no sólo presenta al protagonista fuera de su ambiente, sino que además muestra a un variopinto grupo de personajes que pertenecen a esta zona: círculo relativamente cerrado de artistas, que en apariencia podrían parecer muy educados y que mantienen una relación interpersonal apropiada.

Todo cambia cuando una de estas personas aparece muerta en circunstancias muy extrañas; la teatral la aparición del cadáver y los hechos que rodean a esta muerte hacen que Adam se vea involucrado tanto por ser un potencial sospechoso por la relación que lo une con su tía, como por su instinto natural que tratar de resolver el crimen. Sin embargo, en esta ocasión se trata de un caso que no puede tomar en sus manos, ya que no se trata de su jurisdicción y por las implicaciones personales ni siquiera debería acercarse a esta.

El sargento local a cargo del caso se muestra reticente a su presencia, ya que piensa que por una parte puede ser un obstáculo a la investigación como al resto de los artistas, y por otra, experimenta una natural aversión hacia alguien que podría quitarle el protagonismo en este trabajo. Por su parte, Adam también siente aversión hacia este policía, pero no sólo se trata de eso, también ocurre que se ve invadido por el conflicto, porque no quiere formar parte de la investigación a fuerzas, pero tampoco se siente capacitado para poner distancia y no involucrarse. De esta forma la historia va a tomar tres caminos distintos: en primer lugar, las fisuras sociales entre los artistas van a surgir con rapidez, en segundo lugar, la investigación seguirá su curso, y en tercero, Adam tomará la decisión de realizar sus propias investigaciones por su cuenta, como si en esta ocasión se tratara de un civil que está tratando de llegar a los lugares apropiados para conseguir respuestas.

Sin embargo, en este caso se trata de un juego peligroso, ya que aunque la gente a su alrededor sepa que es policía, también es claro que él no está realizando la investigación de forma oficial, lo que significa que nadie está obligado a responderle, y muchos podrían querer dar una respuesta con una determinada intención.

La novela no sólo juega a poner a los personajes en estas situaciones complejas, sino que además trabaja el punto de vista de plantear una muerte que a primera vista parece imposible debido a ciertos acontecimientos que se van revelando poco a poco. Mientras el misterio se profundiza y la desesperación de las personas que están en este lugar aumenta, la mano asesina está a punto de ser descubierta, o quizás se trata de la oportunidad perfecta para eliminar a alguien más.

A pesar de trabajar con elementos que se convirtieron en clásicos dentro de sus novelas, en esta ocasión la autora tomó el riesgo de generar un clima desagradable e incómodo para todos los personajes, lo que hace que la paranoia para ellos se traslade de cierto modo al lector, sin saber hasta qué punto se puede confiar en ellos o cuánto de lo que están viendo y experimentando es real. Finalmente, el descubrimiento del responsable del crimen se va a convertir en una ventana a la maldad humana, y cómo es que los límites entre la cordura y la vileza son muy delgados.

¿A quién lo recomiendo?

A los fanáticos de la novela policial, y a quienes quieran explorar una historia en donde el clima tempestuoso y en ocasiones oscuro no solamente está afuera, sino que también dentro de las personas.

 

Nos leemos en una próxima edición de este espacio, donde revisaré otro libro que leí alguna vez.

 

 

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