«El honor y la victoria son caminos difíciles»

Drift

En la época de la guerra, los frentes de batalla fueron muchos, y los reclutados por una causa, más de los que se pueden contar en algunas páginas; cuando Megatron estaba esparciendo su mensaje acerca de la libertad y la igualdad, ante los ópticos de muchos cybertronianos, esto sonó como exactamente como lo que necesitaban, un estandarte, la representación de la esperanza en un período donde todo se tornaba oscuro para los ciudadanos comunes y corrientes. Entre ellos, estuvo Drift, un transformer que había visto su vida convertida en un infierno, y sus ocupaciones degradadas hasta el punto de ser un ladrón, y que después de ver morir a un amigo, descubrió que tenía escondido un instinto asesino salvaje, unido a una capacidad bastante natural de ponerlo en práctica; él creyó en las palabras del líder revolucionario, y así fue como se convirtió en Deadlock, y pasó a formar parte de las filas del bando decepticon, como un hábil guerrero, enviado en misiones de búsqueda y asesinato, junto con otros más.

No participó directamente en los eventos que hemos visto con anterioridad, pero estuvo trabajando arduamente en cumplir las órdenes que se le dieron, desplazándose de un sitio a otro, y llevando a cabo su tarea de forma profesional, lo que le dio cierto renombre pero, también, lo transformó en alguien potencialmente peligroso. Cuando las cosas se salieron de control durante una misión encabezada por Turmoil, Deadlock tomó la decisión de escapar, pasando de gran decepticon a un fugitivo que debe ser capturado a cualquier precio; su repentina huida lo llevó hacia un planeta escasamente poblado, y que en apariencia no era de interés para ninguna de las dos facciones en conflicto. Con una única idea en mente, el ex villano se acercó a un lugar poblado, en donde se topa con un misterioso encapuchado que se hace llamar Wing, quien le pide su ayuda para rescatar a unos nativos de las garras de un grupo de mercaderes de esclavos, a lo que nuestro protagonista accede como pantalla para su huida, fracasando estrepitosamente y estando a un paso de morir; una vez restaurado, se encuentra con que Wing no sólo es cybertroniano, sino que además está viviendo en una versión renovada de Crystal city, antigua ciudad del planeta Cybertron, cuyos habitantes, o parte de ellos, salieron en el éxodo, liderados por Dai Atlas. La sociedad que tiene lugar en la nueva Crystal city es una suerte de utopía cybertroniana, lideraba por el Círculo de la luz, grupo autoproclamado como guardianes de las antiguas costumbres; allí no existe la pobreza, el hambre ni la discriminación, y estando oculta bajo tierra, se proyecta como el ideal de vida que nunca se cumplió en su planeta de origen. Dai Atlas no ha perdido un ápice de su excesiva paranoia, lo que le hace considerar un escándalo la presencia de Drift en ese lugar, y pensar que el sólo hecho de estar ahí pone en un riesgo incalculable a la sociedad que está tratando de proteger; por su parte, Wing explora los motivos del fugitivo, contraponiéndose varios puntos de vista, siendo uno de ellos el de los abandonados por la sociedad, el otro el de la lucha por sobrevivir, y un tercero, que plantea que incluso con el terrible riesgo de muerte que produjo el conflicto en su planeta nativo, llegar hasta la guerra y la muerte no era en absoluto una solución.

Todo se complica cuando aparece en el juego el cazador conocido como Lockdown, quien fue contactado por los mercaderes, y ahora tiene órdenes específicas de devolver a  Drift/Deadlock ante el mando decepticon y ante los ojos de un no muy agradado Megatron; en un arriesgado plan, y recordando todos los principios que defendió en un inicio, el fugitivo hace un trato con Lockdown y compañía para entregarles a los que lo repararon, como forma de ganar tiempo y dar aviso al Círculo de la luz.

Las cosas no van bien por causa de la insistencia de Atlas, pero Wing y otros deciden sacrificarse como carnada, para mantener a salvo la ciudad en lo que es claramente una misión suicida; después de unos desesperados preparativos, y con la fe puesta en restaurar un mejor futuro, Drift se une a la lucha contra los mercaderes de esclavos, dispuesto a todo con tal de proteger el ideal de un mundo mejor que lo guió en un inicio.

El buen Wing muere en combate, pero su muerte no es en vano, ya que inspira a Atlas al dejar atrás sus temores e inseguridades y ayudar a proteger la ciudad de un modo activo; con los mercaderes derrotados y Lockdown seguro de que ahora las órdenes de Megatron serán muy distintas, la batalla termina, pero comienza una pelea mucho más grande: una por restaurar la ciudad a vista y no escondida, y otra, en la que el ex decepticon debe retomar sus ideales perdidos, portando una espada, obsequiada por el Círculo de la luz, y recuperar el camino que tanto tiempo atrás perdió.

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Nos leemos en pocos días en el siguiente capítulo: Consecuencias. Parte 2

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