Ha sido un año y una década interesante para la televisión, han habido series que nos han dicho adiós (Game of Thrones) otras que nos saludan y otras que llaman la atención, como el hecho de tener una serie live-action de una de las franquicias más queridas por muchas generaciones: Star Wars. 

Star Wars recientemente estrenó el último episodio de la saga Skywalker y como es de esperar, ha causado polémica  y dividido al público entre los que la defienden al decir que se trata del balance y por supuesto, sus detractores diciendo que es necesario no ver siempre lo mismo. Lo que nos lleva a que uno se plantee de ¿qué es ser lo más Star Wars? ¿cuáles son nuestras expectativas a la hora de pensar en Star Wars?

Y es difícil claramente responder esa pregunta, pero quizá es una serie y no sus películas la que logra unir a todos sus fanáticos y esa es The Mandalorian la cual ha sido aplaudida y amada desde el primer segundo.

Estrenada el 12 de noviembre de este año a través de la plataforma de Disney +, esta llegaba como un plato fuerte, y muchos parecían confiados, no en vano, llegaba amparada con el nombre de Jon Favreau pero por sobre todo, con un nombre que el fandom de Star Wars es sumamente devoto por todo lo que ha brindado a este universo: Dave Filoni, el hombre detrás de las alabadas series de Clone Wars y Rebels.

Dada la popularidad de la serie, me puedo imaginar que ya han visto la serie en su totalidad queridos freakys, no obstante, hablaré, en lo posible no entrando en grandes spoilers.

Una de las cosas más interesantes de The Mandalorian, es el hecho de en qué período está situada: post eventos de El regreso del Jedi, en donde la nueva república se está comenzando a establecer, y quedan ciertos restos del imperio pero estos están en los estratos más ocultos con los cazarrecompensas operando como pueden desde la clandestinidad. Paralelamente, también pudimos ver como la fuerza se entrecruza con la mitología mandaloriana, lo cual íbamos conociendo a cuentagotas y mantenía muy bien el interés a través de los 8 episodios.

La serie nos presenta al mandaloriano, (Mando  para los amigos, interpretado brillantemente por el verdadero rey de Chile, Pedro Pascal) un cazarrecompensas que en busca de trabajo se le pide que traiga un «botín» a unos oficiales de lo que queda del imperio. Sin embargo, con lo que Mando no contaba era que este encargo era en realidad la criatura más tierna que permanecerá en nuestros corazones para siempre:

Hablo por supuesto de Baby Yoda, o guagüita Yoda porque recordemos que es latino.

Mando entonces, contraviniendo los deseos de quien lo contrató, decide quedarse con este bebecito, también maneja muy bien algunos códigos que la saga está comenzando a manejar otros géneros como el western, el heist e incluso el manga: en este caso Lone Wolf and Cub, en que esta familia debe afrontar literalmente a todos los que intentan ir por sus cabezas para separarlos.  Y pese a que Baby Yoda nos recuerda a uno de los personajes más icónicos de la saga, de todas maneras sirve para explorar algo nuevo, después de todo, en todos estos 42 años no sabemos nada de la raza de Yoda o si todos nacen con la fuerza o al menos la sensibilidad. Y eso creo que es uno de los grandes aciertos de esta serie, porque nos hace volver a re-imaginar este vasto universo, sobre todo porque esta criatura no siempre actúa de la manera en que nosotros esperamos, más bien todo lo contrario.

El elenco realmente se luce creando personajes que nos van conquistando, como Gina Carano quien sorprende como la rebelde Cara, o Carl Wheathers como Greef Karga, o incluso Giancarlo Esposito como el temible Moff Gideon, o incluso Taika Waititi como IG-11  un robot que tiene un gran rol, a medida que avanza la serie, pero si tengo que destacar a alguien, es sin duda a Pedro Pascal quien durante toda la serie nos logra convencer e intrigarnos con su personaje, usando todo el tiempo un casco. Se nota mucho lo buen actor que es, cuando aún usando un casco, (a diferencia de lo que pasó con Oberyn Martell) podemos notar sus emociones a través de su voz o leves movimientos. Y logra mantenerlo eso durante ocho episodios.

Mando entonces frente al peligro lo enfrenta pero no solo a través de la fuerza, sino también es un hombre sumamente inteligente y preparado para cualquier eventualidad, separa a sus enemigos, los confunde, aprovecha sus puntos débiles, etc, y este lobo solitario vemos como poco a poco se va abriendo a este pequeño regalo de la fuerza, y esto se transforma en el gran corazón de la serie, rodeados de grandes personajes y grandes sorpresas que si son muy fans de este universo les aseguro que el último episodio les puede volar la cabeza y a la vez significa una invitación a nuevas interrogantes de una nueva temporada que está más que confirmada y que de seguro va a seguir expandiendo el mundo de Star Wars.

En momentos me recuerda mucho al nacimiento de Rogue One, es solo una frase la que nos construye todo una serie, como una anécdota en el texto inicial antes de comenzar de un episodio de la saga, y que con eso haya logrado construir una serie como esta: sí, es un regalo, y se ha ganado su trono como una de las mejores series del año por algo, porque sabe a lo que va: saca partido a todos los elementos que han hecho grande a esta saga pero aún así, haciéndolo de una manera única y ya comenzó a construir su legado.

Así que, en conclusión queridos freakys, sí, este es el camino. 

 

 

 

 

 

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