Y… Netflix lo hizo otra vez.

A principios de mes se estrenó en la plataforma Netflix la serie “Muñeca rusa” (Russian Doll) protagonizada por Natasha Lyonne, actriz que podrías reconocer por sus roles en American Pie, Scary Movie y por su puesto en Orange is the new black.

Detengámonos primero en su creación, de manera que comprendamos cual es la ciencia y/o la fórmula secreta de esta aclamada y bien recibida serie.

Leslye Headland, Natasha Lyonne (si, su propia protagonista) y Amy Poehler son las creadoras y cabecillas en esta historia sin un final aparente, sometida en un vaivén de circunstancias.

Esta “santísima trinidad” creativa comenzó cuando Lyonne y Poehler coinciden en un piloto; “Old Soul” de David Wain, el cual nunca vio la luz, pero, a partir de este encuentro, la idea potencial de una serie con protagonismo femenino y totalmente fuera de lo esperable comienza a forjarse.

Las ideas liberales, emancipadoras, fuertes y de total apego con el público fueron la catapulta imaginativa que se necesitó para dar paso a la búsqueda del lugar perfecto en donde realmente todo puede pasar: Netflix.

 

Reseña:

Nadia vive en New York y trabaja generando software para una compañía de video juegos. Su cabello rojizo y abultado alberga interminables y graciosísimas historias, aunque también esconde sus mayores miedos los cuales evade, sin problema alguno, con drogas y alcohol.

Podría parecer la vida de un potencial “nadie” pero su potente personalidad la convierte por lejos en su propia heroína.

El día de su cumpleaños n°36, sus mejores amigas le organizan una fiesta de cumpleaños con la asistencia de todas esas personas que no sabemos si detesta ver ahí o se siente a salvo. Todo marcha relativamente bien si lo vemos con sus ojos: hay whisky, hay para fumar, para distraerse, incluso un encuentro fugaz, todo opacado por el constante enigma de donde estará su gato perdido.

Desde la búsqueda de su amada mascota, los incidentes provocados por su despistada cabeza surgen cuando es atropellada y muere en pleno asfalto… para comenzar otra vez, en el baño de su amiga y así, frente a cada decisión que tome, la muerte estará ahí, latente esperando su señal. Nadia muere y regresa al mismo punto de partida: su cumpleaños.

 

UNA COMEDIA FEMENINA Y DINÁMICA.

Sigamos en esta introspección a una comedia rápida y reflexiva: Su narrativa.

La historia de idas y vueltas en la mortalidad de Nadia interpelan un montón de dimes y diretes, de decisiones, de factores errados y positivos e inclusive divaga desde lo emocional hasta lo cómico logrando un choque de temáticas que indudablemente lograran un enlace con sus televidentes.

El lugar de su realización: si hablamos de la historia repetitiva en una espiral temporal, por supuesto que la locura, las posibilidades casi nulas de que ocurran situaciones burdas, la utopía de la vida perfecta y los accidentes encajan a la perfección con la jungla de cemento gringa; New York y su aterrador pero satisfactorio ritmo de vida.

Episodios: con un total de 8 episodios que máximo durarán 30 minutos podemos seducir a cualquier televidente que no acostumbre o guste de las series solo por sus extensos capítulos o temporadas. Estamos frente a una serie fresca, rápida, cómica pero también muy pensativa. Una mezcla muy sincera de lo que vivimos a diario, los pobres mortales.

Valor actoral y de dirección: El movimiento “Me too” ha consolidado muchos paradigmas (a paso de caracol, pero algo hay) de la conciencia femenina en labores artísticas, específicamente con su revalorización, por ende, enfrentarnos al catálogo de Netflix, en esta búsqueda eterna del “¿Qué veré?” y toparse con una serie creada por tres mujeres es por lejos un fiel reflejo de como las cosas se han expandido desde el manifiesto del movimiento hasta lograr cifras muy satisfactorias por ejemplo en Rotten Tomatoes.

Por otro lado, este rol que cumple su protagonista y creadora ni siquiera se acerca al egocentrismo. El papel está derechamente hecho para ella: su rostro, sus gestos, su cabello, su ropa, sus dichos y hechos encajan a la perfección con Natasha, la que acostumbramos a ver en roles empoderados, despreocupados y muy parecido al suyo en Orange is the new black como Nicky Nichols.

Una actriz feminista y dispuesta a representar esa otra cara femenina, ese rol olvidado por la pantalla, esa denotación “asquerosa” de la mujer que no gusta de eternos cambios físicos o pasa horas frente al espejo, que fuma, bebe y se desliga de preocupaciones, por que no todas somos iguales y esa diferencia Natasha la explota con una naturaleza perfecta para la pantalla.

Esta serie oscura pero reflexiva, llena de humor negro y excesos conformará un inmenso enfrentamiento en el que Nadia deberá lidiar con su propia mortalidad, sus miedos y por ende consigo misma, esto sumado a las sorpresas favorables y no que se entrelazaran en su camino, el que, ya sea en este universo u otro podrían afectar toda su línea temporal.

Te recomiendo sin ningún pero esta serie, la que de seguro te sacará carcajadas, una que otra lágrima y posiblemente una reflexión de tus propios actos, siendo eso es lo lindo del cine, de la televisión y del valor artístico de los actores y actrices; que veas en ellos, el fiel reflejo de tu día a día, esperando conectar contigo de la manera que sea.

Una comedia rápida, inteligente y llena de dolorosas e interminables muertes te esperan en tu menú Netflix.

¿Qué es la vida? ¿Qué posibilidades tenemos a nuestro alcance? ¿Estamos rodeados de quienes finalmente son nuestros cercanos? ¿Esto es un deja vu? Solo queda disfrutar de esta nueva serie hasta que al menos, tu próxima muerte, te permita tomar otra opción.

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