Todavía desconozco muchas cosas sobre Estados Unidos, sobre la vida y sobre lo que me depara el futuro, pero me conozco a mí misma. Mi padre, Fraser me enseñó a trabajar duro, a reírme a menudo y a cumplir mi palabra. Mi madre, Marian, me enseñó a pensar por mí misma y a utilizar mi voz. 

Juntos, en nuestro atestado apartamento del South Side de Chicago, me ayudaron a reconocer el valor de nuestra historia, en la historia más general de nuestro país, incluso cuando no es hermosa o perfecta, incluso cuando es más real de lo que te gustaría. Tu historia es lo que tienes, lo que siempre tendrás. Es algo que debes hacer tuyo.

Es una tarea muy ingrata ser la primera dama de algún país, porque en un mundo que pese a que se está esforzando por cambiar y evolucionar, aún hay cosas que desgraciadamente están muy arraigadas, y una de esas es que el papel de primera dama es hacer una que otra obra de caridad y pasear del lado del presidente de turno.

Ah vaya Primera Dama Kobato, ¿para qué partes con esa reflexión? Porque ha sido verdad, aunque ahora estamos viendo algunos cambios, primeras damas más activas, que tienen un peso impresionante, a tal punto que son ellas quienes hacen la carrera del presidente, que es en ellas en que se cierra la confianza del público con el mundo de la política, y sin duda si hay un estandarte en eso, es Michelle Robinson Obama, quién es mucho más además de ser la mujer de Barack Obama.

Ella es un personaje sumamente atractivo y no es necesario que salga un libro para afirmarlo, pero es justamente de su libro «Mi historia» que vamos a descubrir que Michelle es de hecho mucho más interesante de lo que podíamos concebir.

Michelle tiene un estilo para escribir su vida que de a poco te sientes como una amiga más de ella y reconstruye la historia de su vida de una manera  sumamente reflexiva y cautivadora que ha ido registrando a través de diversos escritos y diarios en que nos cuenta detalles y anécdotas que van desde su más tierna infancia en la zona sur de Chicago, en la casa familiar de clase media trabajadora, pasando por momentos en su escuela conociendo a sus compañeros y amigos hasta pasar por la universidad hasta su vida profesional, en que cuenta cómo es que todo lo que ella ha conseguido ha sido trabajo de su esfuerzo por lograr la excelencia, algo que también ha sido una gran parte de lo que ha dicho en sus discursos.

 

Porque uno al verla y escucharla, queda claro que ella es una persona que es un diamante, que da igual en que contexto la pongas, va a brillar, -es cosa de verla leyendo un discurso o en carpool karaoke, ella es de una presencia magnetizante- porque más allá de la educación que logró obtener, es también los valores que ella adquirió lo que la hace tan destacable, si es posible resumir su biografía en pocas palabras es que ella es obstinada, esforzada, y por sobre todo que en su labor de Primera Dama se encargó de empezar a ser una voz para las  de las mujeres y las niñas en Estados Unidos y el resto el mundo abogando que no se trata de que, sólo a través de la educación podemos lograr nuestras metas, pero que  nuestro potencial es infinito y  podemos lograr lo que sea.

Como en toda historia, también somos los testigos silenciosos de tanto los buenos como malos momentos, sus momentos de sonrisas así como de sus lágrimas, ya sea en el mundo privado como en el público. Por otro lado, a medida que lees resulta brutal como es que ella a muy corta edad está plenamente consciente de que al ser ella afroamericana, lo que haga será aún más complicado de lograr, porque va a ser aún más cuestionada. ¿Y sin embargo? Ella llegó más lejos que nadie, y lo que quiso, lo logró. ¿Ir a Princeton? Fue y se graduó con honores. 

Por supuesto, también otro capítulo importante es cómo conoce y se enamora de Barack Obama, -porque queda claro que para él fue un flechazo absoluto al conocerla- y como de a poco se embarcan en esta historia de amor que a lo largo de los años que los vimos en la casa blanca fuimos testigos del amor y la devoción que se tienen el uno al otro, como Barack Obama declaraba que la que lo guió fue ella, vemos diferencias entre ellos, si, por ejemplo, el hecho de que Michelle no era muy amiga de que su marido se fuera al lado político, pero lo apoyó de todas maneras,  dado que  las diferencias son parte de la vida y si es que suceden, las dificultades hacen más fuerte la relación si ambos están en el mismo camino.

La pregunta sería entonces ¿por qué deberíamos leer este libro Kobapresidenta? Porque es un relato súper íntimo de una mujer que superó cada obstáculo que la vida le puso gracias a su sabiduría, templanza e ingenio, y que ha hecho todo lo que ha querido a su tiempo, estudió, se casó, formó una familia bajo sus términos, consiguió criar a dos hijas con los pies en la tierra bajo el implacable escrutinio de los medios de comunicación  y después aunque ya estaba en una posición privilegiada intentó hacer más por la gente que compartía los mismos orígenes que ella.

Michelle a través de su sincero testimonio de vida, nos invita a leer su historia y a inspirarnos a seguir su ejemplo, porque al final del día, todo lo que ella hizo, la mayor inspiradora fue ella misma, porque ella conoció a fondo sus talentos y capacidades para lograrlo, pero pensando en compartirlo con otros. Somos dueños de nuestra historia, pero a medida que la compartimos con otros, nos convertimos en leyenda.

 

 

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