“¿Recuerdas a Gaspar Asitos o a Blanca Lavera?”

En pleno 1988 ocurrió un fenómeno mediático pocas veces visto hasta ese entonces; en una época sin redes sociales que hicieran correr la novedad, este suceso traspasó fronteras y reunió a una fanaticada nueva que subsiste hasta el presente.

Para empezar, debo dar contexto: Garbage Pail Kids nació como una sátira de la marca de muñecas Cabbage Patch Kids. Asuntos legales de por medio, la colección de imágenes consistía en una alucinante serie de personajes repugnantes con heridas o suciedades de todo tipo, y con nombres que eran un juego de palabras que hacía referencia a su aspecto; lejos de provocar pesadillas en los niños, este humor gráfico desenfadado y para nada políticamente correcto funcionó a la perfección, y el producto se exportó a todas partes.

En chile, el álbum fue un suceso que, sin estar apoyado por una serie o película, consiguió vender láminas por montones y crear una legión de niños que estaban encantados, y de padres que la mayoría del tiempo no entendían por qué estos personajes generalmente repulsivos resultaban tan adorables para sus retoños.

Este coleccionable incluía 145 imágenes más diez especiales, los que se convirtieron en un artículo deseado y prohibido a la vez. Los niños y jóvenes los querían, mientras que padres y docentes se escandalizaban y pretendían eliminar este producto de la faz de la tierra; lo que por supuesto solo aumentó la popularidad de las láminas. Una curiosidad entre muchas es que un personaje tenía una armadura casi idéntica a la Vf-1D de Robotech.

Es probable que incluso en el presente algunas personas no lo entiendan, pero quienes coleccionaron el álbum o tuvieron las láminas lo recuerdan con un gran cariño ; lejos de ser algo agresivo o violento, la apariencia grotesca de los personajes los transformó en algo adorable. Un ejercicio involuntario de aceptación y entretención sin máscaras; los dejo con algunas imágenes, porque recordar es volver a vivir.

 

 

 

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