En estas últimas semanas, para quienes nos hemos podido quedar en casa, las plataformas de streaming se han convertido en nuestras armas más poderosas para combatir los días de encierro. Una de estas ha sido Netflix, que cuenta un extenso catálogo para enganchar a todas las edades. Una de las minas de oro que esta plataforma comenzó a explotar son las comedias románticas enfocadas en un público juvenil, con éxitos como lo son “El stand de los besos” o “A todos los chicos de los que me enamoré”, entre muchos otros títulos.
La nueva apuesta que llega es “Violet & Finch”, película basada en la exitosa novela de Jennifer Niven, protagonizada por Elle Fanning, Justice Smith, Alexandra Shipp, Luke Wilson, Keegan-Michael Key y Kelli O´Hara.

“Devastada por la muerte de su hermana, la introvertida Violet Markey (Elle Fanning) redescubre la alegría de vivir al conocer al excéntrico e impredecible Theodore Finch (Justice Smith).”

La historia parte presentándonos a Violet, una adolescente que tiene que vivir con el duelo de perder a su hermana, aislándose de sus amigos en el colegio, evitando todo contacto con cualquier ser humano, hasta que Finch, por casualidades de la vida la conoce en una situación poco convencional. Esto hace que él sienta un deber de responsabilidad por la vida de Violet, en un principio la atención se la lleva ella mostrándonos la carga que tiene que llevar todos los días, pero no es la única que tiene problemas, a través de distintos sucesos nos vamos dando cuenta que Finch tiene un pasado que lo llevó a ser como es, mostrándonos que ambos necesitan de un apoyo emocional.
Estos dos son el foco de la cinta, los personajes secundarios son irrelevantes, se nota una intención por hacerlos calzar en la historia para que tengan ciertos momentos, sin embargo no son desarrollados lo suficiente como para trascender en los acontecimientos.
Sin contarles más de la historia prefiero quedarme con los mensajes positivos que tiene esta película, que sin abordar las problemáticas a fondo, visibiliza temas importantes a los que deberíamos prestarle atención.
Sabemos que Finch tiene un problema que lo lleva a ser distante de sus compañeros, viviendo enfocado en sus propios asuntos, sin importarle lo que piensen los demás y disfrutando de la compañía de sus pocos amigos. Esto a ojos de su colegio es raro, tildándolo de fenómeno por no ser como el “promedio”. El problema es que Finch llega a aceptar que es raro, justificando su falta de relación social por esto, interiorizándolo como un problema de él, como si fuera su culpa no cumplir con los estereotipos de los demás.

Aquí es donde juega un papel fundamental la salud mental, como ya hemos visto en series y películas adolescentes, cada vez es más común destacar los problemas que pueden tener los jóvenes en el periodo de los estudios, dejando todo en manos del psicólogo del colegio que, lastimosamente, no siempre dará abasto para todos los estudiantes. Si bien, la enfermedad de Finch no es desarrollada de una manera que sea el centro del guion, si sirve para darnos cuenta que a veces los más fuertes son los que más apoyo necesitan. Él intenta con todas sus fuerzas hacer que Violet vuelva a sonreír, que vuelva a gozar los placeres de la vida, dejando de lado sus preocupaciones para aminorar las de ella. Es esa necesidad de ayudar como un grito de ayuda desesperado pidiendo lo mismo.
Otro punto positivo es el aprecio por los pequeños detalles, en una ciudad como Indiana, que parece simple se logran encontrar lugares que mirados de una perspectiva distinta, logran encantar y hacer que cada lugar sea especial.
Sin ser una película para las nominaciones de premios y distinciones, en ningún momento es aburrida, presentándonos una historia de amor y superación que de seguro logrará enganchar al espectador cerca de dos horas.
Violet & Finch ya se encuentra disponible en Netflix, para que le den una oportunidad y nos comenten qué les pareció.

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