Es interesante cuando producciones cinematográficas hacen eco de momentos históricos determinados. Se pueden hacer eternos “espejos” entre la realidad misma y la realidad alterada – o ficción – mostrada en una película. Muchas veces, una filme le habla al momento exacto en el que es estrenada; le habla a un público afectado por lo que pasa en su entorno. En ese marco, “Pacto de Fuga” aterriza (o intenta aterrizar) en nuestro país en medio de un estallido social histórico. Y más allá de reabrir heridas innegables del pasado, el relato que trabaja esta película, de forma casi providencial, nos habla de cómo el perseguir la libertad y un país más justo es la más noble de todas las batallas.

“Pacto de Fuga” es una película dirigida por David Albala y producida por Fox, que narra la historia de la fuga carcelaria más masiva de la historia de Chile. Un grupo de militantes de diversos movimientos políticos (principalmente del FPMR, entre otros), presos por la dictadura militar, idean un plan prácticamente imposible para fugarse de la cárcel pública. Está protagonizada por un elenco estelar de actrices y actores chilenos, entre los que destacan Benjamín Vicuña, Amparo Noguera, Roberto Farías y Francisca Gavilán.

Tratando de ser lo más certero posible, una palabra que resume muy bien a “Pacto de Fuga” es emotiva. Desde dirección y el trabajo de los actores emana una emotividad siempre presente a lo largo de la película. Logra conectar con las emociones del espectador y es inevitable sentir desesperación o claustrofobia (propia de construir un agujero bajo tierra) a medida que pasan los minutos. Además de eso, está muy bien aterrizada al Chile de antaño. Hay especial atención al detalle de elementos como diseño de ropa, marcas y maneras de hablar.

Algo que llama profundamente la atención de esta película es que su estética es en general muy distinta a lo que conocemos como “cine chileno”. Es una producción que, a grandes rasgos parece cine norteamericano o europeo, en un muy buen sentido. Eso habla no sólo de la visión del director a la hora de abordar una historia tan interesante como esta, sino también del equipo de producción como un todo. Desde el punto de vista más técnico está muy bien realizada, detrás de su realización hay un trabajo evidentemente pulcro y minucioso.

En términos del relato mismo, a pesar de no tratarse de un film de acción, “Pacto de Fuga” te mantiene bien al borde del asiento por gran parte de su duración. Es intensa pero no difícil de digerir, sino todo lo contrario. Dicha intensidad recae principalmente en la forma como se trabajaron los sentimientos de injusticia y de impotencia tan propios de esa época. Aquí se muestra un grupo de presos políticos dispuestos a todo, no sólo por alcanzar su justa libertad, sino también por enviar un mensaje potente a un pueblo chileno angustiado y a una dictadura en decadencia. Y ese mensaje, curiosamente, aplica de una u otra forma al Chile de hoy.

Es justo decir que lo más relevante de este filme no es necesariamente la película misma, sino el momento determinado en que llega su estreno. En medio de un Chile movilizado y afectado por el sufrimiento de un mes que parece ser eterno, la historia de estos presos políticos nos habla de muchas cosas. Hoy, cuando los fantasmas del pasado parecen venir a visitarnos, ellos, desde donde sea que estén en este momento, nos miran a la cara (pareciera ser por obra providencial) y nos gritan fuerte que se puede. Que el país donde vivimos siempre pudo, y hoy también puede ser distinto.

Lamentablemente “Pacto de Fuga” tuvo que suspender su estreno (pactado para el 24 de octubre) por motivos evidentes de fuerza mayor. Hoy 23 de enero llega finalmente a cines nacionales. Recomiendo encarecidamente ver esta película. Es una oda a la libertad, a la justicia, a la lucha de tantos y tantas que sufrieron mucho antes y mucho más que nosotros. Y aún así, desde la profunda angustia e incertidumbre que se trabajan aquí, el resultado final de este film es un bálsamo, una pequeña ayuda, una taza de chocolate caliente para el corazón de un Chile convulsionado y en lucha.

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