• Título: Matrix Resurrecciones
  • Directora: Lana Wachowski
  • Elenco: Keanu Reeves, Carrie-Anne Moss, Jonathan Groff, Jessica Henwick, Yahya Abdul-Mateen II, Neil Patrick Harris

Rating: 4/5

Sinopsis:

Thomas Anderson debe volver a elegir. ¿Píldora roja o azul?

RESEÑA:

En 2003, cuando las hermanas Wachowski estrenaron Matrix Revoluciones, la historia de Neo (Keanu Reeves) y Trinity (Carrie-Anne Moss) parecía llegar a su fin. El Elegido logró derrotar a su némesis, el Agente Smith (en ese entonces interpretado por Hugo Weaving), salvando a Zion y dándole una nueva oportunidad a la humanidad. Pero, ¿qué pasó después? ¿Realmente Neo murió?

Tuvieron que pasar 18 años para que llegara la respuesta. En Matrix Resurrecciones, sabemos que Neo volvió a ser Thomas Anderson, el hombre experto en computación con una vida relativamente normal. En esta nueva entrega, Thomas ha creado un popular videojuego donde su protagonista, Neo, se da cuenta que vive dentro de la Matrix. Su creación se hizo popular y el juego obtuvo dos secuelas siguiendo las aventuras de Neo, Morfeo y Trinity.

Pero hay algo extraño. Thomas está plagado de recuerdos que parecen reales, de una vida que aparentemente no le pertenece. Su psiquiatra (Neil Patrick Harris) lo convence de que está viendo cosas que no son, y la vida continúa. Hasta allí, Matrix Resurrecciones es bien parecida a Matrix, la película original que luego inspiró una trilogía: todo inicia con un hombre que comienza a sospechar que su realidad no es tan cierta como parece.

Cuando se anunció la cuarta entrega de Matrix, tuve mis dudas. Una de mis principales incertidumbres se daba con la tecnología, una parte muy importante de esta historia y que generó tanta atracción a la trilogía original. Los llamativos teléfonos celulares y computadores, además de la posibilidad de la existencia de una simulación controlada por máquinas, encantaron -y, por otra parte, asustaron- a quienes la vieron por primera vez en cines en 1999, aquellos amantes del cine que vivían en un mundo cauto ante la llegada de un nuevo milenio.

Pero estamos en 2021 y se puede decir que la tecnología se ha vuelto una extensión de nuestros cuerpos. ¿Qué nos puede sorprender? Bueno, eso es lo primero que Matrix Resurrecciones hace bien: entender el mundo actual. Lo que funcionó en 1999 no funcionará ahora, y una vez que Lana Wachowski nos hace ver que sabe perfectamente eso, rápidamente entendemos que no vamos a ver una historia repetida sino renovada.

Superada esa duda, Matrix Resurrecciones se disfruta bastante. Es una cinta renovada, pero que no deja de lado los pilares que forjaron su éxito. La dupla Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss es el alma y corazón de esta entrega, confirmando que la historia de amor entre Neo y Trinity es de las más icónicas de la historia del cine. La pareja continúa siendo el centro de la historia, aunque, debido a cómo se desenvuelve la historia, el tiempo en pantalla es más reducido en el caso de Moss. El espectador saldrá del cine con suficiente material de Neo, pero va a desear haber visto mucho más a Trinity. Eso sí, aquello no significa que no se reconozca la importancia de su personaje durante la cinta.

Nuevos personajes e incluso otros que ya conocemos son los que comparten más espacio con Neo. La rebelde Bugs (Jessica Henwick) y su compañero, un exagente que se hace llamar Morfeo pero con mucho más estilo (Yahya Abdul-Mateen II), destacan entre las nuevas adiciones a esta franquicia. Un viejo conocido interpretado por Jonathan Groff es el que más sorprende, con una gran actuación por parte del joven actor (quizás lo reconozcas por la serie de Netflix, Mindhunter). Groff interpreta al jefe de Thomas en la empresa de videojuegos, aunque bien temprano en el filme entendemos a qué personaje realmente representa. Es una gran interpretación, sin embargo, como némesis de Neo, pudo haber sido escrito mejor.

La rivalidad entre Neo y el agente Smith es algo que, lamentablemente, esta cinta no es capaz de replicar de buena manera. Al pensar en esta enemistad, el espectador recordará las épicas escenas de sus peleas en la trilogía original. Tanto física como psicológicamente, ambos personajes siempre estuvieron casi igualados, otorgándonos deleitosas disputas. A pesar de las nuevas tecnologías, ninguna escena de este filme logra reproducir la emoción de escenas como la de la estación de tren, los clones de Smith o la gran pelea final.

Aún así, los elementos clave de Matrix están ahí y los que son fanáticos disfrutarán verlos nuevamente en la pantalla grande. El paso de los años ha modificado a gran nivel la tecnología, pero no tanto así la filosofía que hizo a Matrix tan popular. ¿Qué es lo real? ¿Quién nos dice que es lo real? Son preguntas que son relevantes incluso 18 años después y que, sin duda, siguen transmitiendo algo a su espectador. Y es bueno que por lo menos una de sus creadoras esté ahí para volver a abordarlas, porque es evidente en todo momento el amor que Lana Wachowski tiene por esta historia (su hermana, Lily, ya no dirige).

Varias franquicias han intentado continuar con sus historias luego del paso de los años. Algunos casos han sido exitosos, como Blade Runner o Mad Max; otros han generado reacciones mixtas, como Star Wars; y algunos no lograron ningún tipo de impacto, como el caso de Hombres de Negro o Jumanji. Matrix Resurrecciones está más cerca de la primera categoría que de la última. Tiene elementos que la hacen una gran secuela, es entretenida, inteligente y quiere hacer algo nuevo, lo que se aprecia. Resuelve dudas y deja otras abiertas a futuro. En algunas ocasiones se cae, pero sabe qué hacer para volver a ponerse de pie.

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