Los cuentos de Las Biuty Queens se sumergen de golpe en el universo travesti de las calles neoyorquinas. Con una mirada descarada y honesta, Iván Monalisa Ojeda narra su vida y la de sus compañeras, transexuales latinoamericanas que hacen la calle, fuman crystal meth, asisten a concursos de belleza, buscan pargos -o clientes- sobre enormes tacones y son víctimas de las nuevas políticas de inmigración en el país de Trump.

Un mundo en donde la risa, la sobrevivencia, la muerte y el amor se entreveran cada día enrostrándoles a sus protagonistas los rasgos de una ciudad que las fascina y las amenaza.

El talento narrativo de Iván Monalisa, que juega con una lengua callejera, la suya propia llena de ritmo y desenfreno, lo sitúa como una voz única dentro de la literatura latinoamericana.

 

Se dicen muchas cosas de New York. Se dice que es una ciudad santuario donde todos son bienvenidos. Hay una canción que dice «que es la jungla de cemento donde se hacen los sueños y no hay nada que no se pueda hacer en New York». Siempre queda la impresión de que hay mucho más que conocer de esta ciudad multicultural. Y comienzo con esto, porque es el lugar donde se desarrolla esta historia. O debería decir, donde se desarrollan estas historias.

La voz de Iván Monalisa Ojeda, quien llegó desde Llanquihue, pero las luces la deslumbraron por un momento que dura hasta hoy, es en spanglish pero de manera fresca y descarada y ese es el mayor encanto del escritor o la escritora que firma con sus dos nombres su obra. Puedes llamarlo Iván o Monalisa y te invita a que la/lo acompañemos a un desfile por sus recuerdos entre tacones, risas y compañerismo, relatando la realidad de las transexuales latinoamericanas en la jungla de cemento.

 

A través de un relato íntimo y lúdico, nos cuenta como han sido sus vivencias deambulando por las calles neoyorquinas, o hay momentos en que hay escenas en que se siente como pasa por la cárcel que, podría ser una escena miserable y… sin embargo uno se ríe. Porque así es el espíritu de Monalisa. Una fuerza de la naturaleza, extrovertida y avasalladora que incluso en la peor de las circunstancias, te deja con una sonrisa en el rostro. Y consideremos que, lo que acabo de señalarles, no es ni por si acaso gracioso, pero sin embargo ella/él, logran distender el ambiente.

Quizá su mayor fortaleza sea que de inmediato puedes empatizar con ellos, y así con eso, también logras empatizar con sus amigas, todas alegres, coloridas y con una rica historia que contar. Y también incluso logras conectar con otras locas duras como se describe en el libro que Monalisa no conoce, sino que escuchó o vio, pero aún así son una anécdota interesante que agrega un ingrediente extra a la jungla colorida en que se desarrollan las historias.

Tiene un estilo que recuerda la pluma de Lemebel, porque todo lo que relata, es bastante visual, te imaginas las voces de las diferentes divas que nos presentan, pero todo esto aderezado con dos espíritus confluyendo en un mismo ser.

Quizá lo único malo es que todas estas historias se hacen cortas en las 128 páginas que componen el libro, porque, claro está: quieres más, tienes ganas de leer más historias, de saber lo que pasa con estas divas que después de una pena, se sientan en una banca y solo se echan a reír, pero a la vez, es eso lo que lo hace una gran lectura para disfrutar este verano.

Así que, léanlo y tengan por seguro algo: lo van a pasar muy bien.

 

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