Por: Felipe Carreño

Nomada Studio ha iniciado su travesía en el mundo del desarrollo, trayendo a nuestras manos, Gris. Un juego de plataformas, con un apartado artístico sumamente impactante, que llamará la atención de cualquiera, solamente con verlo un par de segundos. No cabe duda de que estamos frente a uno de los títulos más bellos que se han creado hasta la fecha.

Gris es una aventura experiencial, que utiliza su emotividad para hablarnos de la depresión y superación de un momento traumático. Así es como iniciamos, en un mundo gris, sin sonidos y que a medida que avancemos, iremos incorporando colores a nuestro universo, hasta volver a un equilibrio emocional y reconstruirnos.

Al hablar de Gris es casi obligatorio empezar por su apartado artístico. Una ilustración impecable que transmite delicadeza en cada trazado en el cual nos queramos fijar. Acompañado de una sinfonía de colores y acuarelas, las cuales nos harán dejar de movernos y quedarnos embobados apreciando semejante obra de arte.

Pero lo visual en este caso no puede analizarse sin tener en cuenta su asombrosa banda sonora. La perfecta sincronía entre imagen y sonido, es la punta de lanza del título, a la hora de llegar al jugador. Esto permite que Gris sea un auténtico huracán de emociones, inundando con belleza a través de la vista y el sonido.

En cuanto a lo jugable. El diseño de niveles está bien logrado, siendo dinámico e intuitivo, contando con un set de habilidades, que se irán desbloqueando durante el transcurso del viaje, como un doble salto o la capacidad de convertirse en un bloque pesado e inamovible. En cuanto a lo mecánico, se vuelve sencillo en algunas ocasiones. Esto no es necesariamente malo, el objetivo del título no es ser un desafío, en reflejos o de resolución de puzzles. Ya que la motivación principal que siempre estará presente, es efectivamente lo estético, avanzar y descubrir todo lo que puede ofrecer.

Entre lo emotivo, estético y jugable, se genera una pequeña disyuntiva y quizás el único punto en contra que podría mencionar (siendo muy quisquilloso). La impaciencia que se genera por querer ver absolutamente todo el mundo de Gris, de querer conocer y disfrutar la música y los colores, nos motiva a avanzar rápido para vivir la experiencia. En algunos casos, superar los niveles se vuelve un pequeño trámite el cual hay que realizar, para poder seguir disfrutando del plato principal.

Gris es una experiencia sobre sentimientos, que desde un inicio te eriza los pelos, y  que cierra con una lágrima en la mejilla. Que te hace reflexionar sobre los matices de la vida, sobre los altos y bajos, sobre las caídas y la tristeza, pero a pesar de todo, se puede salir, avanzar y abandonar nuestro mundo gris.

 

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