Es una serie intrincada, llena de curvas y personajes complejos, humanos e imperfectos maravillosamente interpretados. En resumen: una serie única, original y adictiva, donde a medida que avanza se van revelando secretos e incógnitas y dejando nuevos acertijos. El espectador a medida que avanza la trama se va perdiendo en ella y queda pidiendo siempre más. Probablemente la revelación en este verano, lo mejor en series que he visto en mucho tiempo.

Con el 2017 terminando, los días alargándose y cada vez más cálidos, un buen refugio son las series de tv, para pasar un rato estas noches de verano. Por lo que vengo a recomendarles una serie de Netflix que fue estrenada recién el 1 de diciembre y lentamente ha comenzado a dar que hablar entre los fanáticos: Dark

Déjenme contarles un poco de esta fabulosa serie. Primero que nada, se trata de la primera producción alemana de Netflix dirigida completamente por Baran bo Odar (Sleepless). Éste no es un dato menor, una apuesta de Netflix que muestra lo globalizado del mundo actual y lo positivo que puede resultar de dar oportunidades a actores nuevos en la industria, que trae aires frescos e ideas novedosas alcance de todos. Otra característica importante es el haber sido dirigida por una sola persona, lo que se nota en el total de la serie que posee una línea y le da mucho más sentido y ritmo a la historia. Odar no sólo dirige, sino que también es productor y comparte créditos en la creación de la serie con Jantje Friese escritora a cargo de la serie con la que ya había participado en Who I am y The Silence.

Déjenme decirles que realmente es un pedazo de serie, con suspenso, misterio y ficción se conforma un triller fantástico y de lo mejor que he visto en el último tiempo. Es una serie intrincada, llena de curvas y personajes, donde hay pequeños toques de humor, pero muy alemán, por lo que a los que no conocen la cultura y el contexto, puede que les pase desapercibido. Lo mismo con los personajes, la historia ronda la desaparición de niños en un pequeño pueblo de Alemania, que al parecer estaría en la selva negra al sur del país. La trama toma principalmente a cuatro familias y cómo a lo largo de la historia del pueblo, se van entrelazando sus historias junto a la de la planta nuclear que hay en ella.


Para los Alemanes el tema de la energía nuclear es muy sensible, ya sea en la actualidad por los acontecimientos de Fukushima, que hiciera anunciar a la Primer Ministro A. Merkel el cierre y paulatino abandono del uso de dicha tecnología. Pero el tema es potente también en el pasado, de la mano del accidente nuclear de Chernobyl en 1986, que influyó en novelas de la época por el temor que se generó en la población dada la cercanía del suceso (el temor a la lluvia ácida y contaminación de la tierra) y la posibilidad que dicho evento pudiera ocurrir también en territorio alemán.


Winden es un pueblo pequeño donde casi todos los habitantes se conocen de años y así mismo sus familias. La estética, podrían decir que es tipo X-Files, pero aunque recuerda a la serie, es muy típica del campo alemán. Casas más bien funcionales, minimalistas con mucho pino y poco adorno, debo reconocer que a ratos me acordé de La Historia Sin Fin por la estética de algunos lugares (aunque son historias nada que ver). Igualmente se muestran diferentes clases sociales, que se nota en detalles,
dada la realidad alemana, pues la diferencia de clases es sutil. Todos van al mismo colegio, hospital, etc.
La serie se desarrolla en otoño, lo que impregna a la historia, aumentando el ambiente misterioso, con bosques que van perdiendo sus hojas y tal como ocurre por esas latitudes, con mucha lluvia. Si bien las grabaciones se realizaron en bosques de las inmediaciones de Berlín, la ambientación es perfecta.

Jonas, el protagonista, va enmarañando como cebolla, tela por tela este rompecabezas, que se relaciona con desaparecidos en la actualidad y el pasado, con la muerte de su padre y oscuros secretos de diferentes vecinos del pueblo. Es así como dentro de la historia se toma el tema de viajes en el tiempo, pulsos electromagnéticos, continuidad espacio/tiempo y de cómo podría el futuro y pasado verse influenciado por el presente y viceversa.


Dada la historia, fue necesario recrear el pasado, lo cual se logra maravillosamente. El casting está muy bien hecho. Parte de la historia ocurre en 1986, mismo año de Chernobyl, pero les digo de inmediato, si bien me gusta Stranger Things, no tiene nada parecido a esa serie. Ni en el tono ni en las relaciones, lo único común, es la desaparición de un niño al inicio y punto. Algunas personas le han buscado parecido a Lost, pero en mi opinión tampoco, aunque aborda temas afines, se desarrollan diferente. No les cuento más, para que disfruten la historia.

En síntesis es una serie única, original y adictiva, donde a medida que avanza se van revelando secretos e incógnitas y dejando nuevos acertijos. Con personajes complejos, humanos e imperfectos maravillosamente interpretados. El final de temporada es abierto y perfecto. Yo ya estoy contando los días para saber si se da luz verde a una segunda temporada, pues el espectador queda pidiendo más…

Ya saben, no se pierdan de ver Dark, serie que intuyo, será la sensación del verano, pura calidad alemana.

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