En busca de la inspiración y, gracias a un esfuerzo de producción en los cuarteles de CANALFREAK S.A, estoy en México, porque nuestro jefe supremo, Ghost_cl, decidió probar una catapulta para viajes cortos pero efectivos y me tienen comiendo tamales, tacos y burritos. Eso acompañado de agua de Jamaica.

¿Y porque me encuentro aquí? Se preguntarán y les diré que es porque estaba haciendo mucho frío y necesitaba tomar otros aires. Donde el sol pegara fuerte.

Bueno, quizá no tan fuerte, pero necesitaba sentir de nuevo el sol, incandescente y brillante. Y que mejor sol para hablar que el propio sol de México, que es Luis Miguel.

Cuando menciono esas dos palabras, indudablemente me remonto a la infancia porque tengo más de un recuerdo de despertar por las mañanas y escuchar su música a todo volumen por mi casa un sábado, o posters de LuisMi en las paredes de alguien, y sus videoclips en que mostraba un dominio único de la danza.

Ya van 10 semanas desde que se estrenó la serie que habla de la vida del sol de México, y pese al tenso clima político previo a las elecciones presidenciales que están al nivel de los juegos del hambre, hay una cosa que logra unir a todos los mexicanos. Incluso su presidente, Enrique Peña Nieto es uno de sus fans. Y hablo de La serie de Luis Miguel.

No se preocupen, no me explayaré en spoilers.

El triunfo en redes sociales de la serie de Luis Miguel ante todo es algo bastante interesante, porque, si nos preguntan quién era hace un par de años, probablemente no importaba. Era un cantante que tuvo su gran momento en los 80 y 90 pero estaba casi muriendo, y ahora gracias a esta serie, hasta una eventual nueva gira tiene en mente.

En los 13 capítulos que posee la serie de Netflix, en que estrena uno cada domingo nos relata la vida de Luis Miguel Gallego Basteri, o LuisMi, LuisMirey, El sol de México, o el galán que el país azteca necesitaba en ese momento.

Tiene mucho que ver con el contexto histórico: el sol de México surge en la década de los 80, que es una época oscura no solo para las tierras aztecas, sino para toda la región latinoamericana, en que existía una tensa relación con aquello que llamamos democracia –relación desde siempre, muy complicada-. Y lo interesante es que al ver la serie, regresamos a algo que nos importa: la cultura popular retro, así entonces podemos volver sobre nuestros pasos y analizar lo que acontecía ahí.

Al comenzar la serie nosotros vemos a Micky (interpretado por Diego Boneta) en su mejor momento, mirándose al espejo, preparándose para salir a escena, cuando le comunican que en otro lugar, su padre está grave, pero él, decide salir a hacer lo que sabe hacer de todas maneras, haciendo caso omiso de que bien, podría no volverlo a ver. Y sin embargo, aun sabiendo eso, Micky decide salir a cantar, porque su propio padre fue su propio carcelero. No en vano, por él perdió su infancia, y su familia a causa de su fama. Esto se entrecruza con imágenes de sus inicios interpretado por Izán Llunas  (un muchacho que ya es un heredero musical natural, al ser nieto de Dyango) en que se comienza a ver cómo funciona la dinámica familiar.

De su padre, el odiado por todos, Luisito Rey, (Oscar Jaenada) obtuvo su talento y su amor por la música, cosa que viene siendo de alguna manera una maldición que algo bueno por todos los problemas que le llevará en el futuro. La serie, como toda adaptación se toma ciertas libertades respecto a episodios específicos, algunos cambios de nombres, y uno que otro personaje ficticio. Pero lo que sí aborda bien es el núcleo familiar de los Gallego Basteri, específicamente la relación de dominación que ejerce el ahora enemigo n°1 de México, Luisito Rey y como fue capaz de arruinar –posiblemente hasta el día de hoy- la relación de Luis Miguel con sus hermanos y a la madre de ellos, Marcela Basteri, la madre que fue la única que intentó detener la explotación que Luisito Rey ejerció por tantos años sobre su sol.

Entonces ahora: ¿Por qué gusta tanto la serie y porque es tema semana a semana en redes sociales, logrando incluso más menciones que otras series de habla hispana como Casa de Papel? Y creo que tras reflexionarlo mucho viendo los, hasta ahora, 10 capítulos emitidos cada domingo en Netflix puedo decirlo: simplemente porque a nosotros nos gusta el melodrama.

Yo tengo la impresión de que al vivir en Latinoamérica, de cierta manera hemos sido criados por México, es cosa de mirar nuestros referentes, lo que nosotros entendemos por nuestra propia nostalgia: Si, hemos visto series extranjeras, pero ¿el doblaje latino? El doblaje que hemos visto en nuestra vida, en su mayor parte proviene de México, y al ser doblado ahí, de alguna manera hay un traspaso de culturas. Solo intenten ver un episodio de Los Simpsons con doblaje latinoamericano (el del bueno) y luego intenten ver ese mismo episodio con su audio estadounidense, les aseguro que va a ser más gracioso y más identificable en su versión con doblaje latino. Me pasó muchas veces que al ver las referencias que hay a ciertos actores, actrices, hitos y etc que se muestran en la serie, era imposible no mirar hacia atrás y recordar si es que había visto algo de eso o no o ponerme a cantar “culpable o no” con Luis Miguel. Y esto es porque estamos conociendo otro lado de alguien, a quién de alguna manera siempre hemos sabido que está ahí, pero no nos hemos animado a conocer.

Y eso es porque en el melodrama está en la balada romántica en el que tenemos tantos cantantes, de alguna manera ese es nuestro MCU, cosa que por años era nuestro placer culpable pero, gracias a Netflix no lo es tanto. Y Luis Miguel, tengamos la opinión que tengamos de él, es parte de nuestra mitología, en que si escuchamos “ahora te puedes marchar” no puedes evitar cantar con una sonrisa en tu rostro porque evoca aquellos recuerdos de tu infancia más pura, en que encendían la radio y tomabas tu tazón de leche con chocolate y tu pan con mantequilla y escuchabas tararear una canción que hablaba de un amor que uno en ese momento no podía comprender.

Pero permanece ahí, y ¿Por qué? Porque necesitamos de ese “cebolleo” necesitamos esa cosa telenovelesca que hace que veamos teleseries y sigamos haciendo memes de la magistral Soraya Montenegro o Paola Bracho, porque pertenece a nuestra historia y es algo transversal, tampoco es coincidencia que al día de hoy sean varios países en donde repiten al Chavo del 8 una y otra vez.

Porque es parte de nuestra memoria, nuestra identidad. Y Luis Miguel también pertenece a la épica latinoamericana de quedarse en nuestras memorias para siempre.

Y finalmente los invito a ver la serie, porque va a ser un rato en que podrán ver como Micky triunfa, e intenta zafarse de las malvadas garras de su padre Luisito Rey. Porque no hay épica más grande de cómo nuestro héroe logra superar los problemas aun cuando le cueste todo. Y sus canciones quedan para siempre.

 

 

Entonces, me permito dar mi sección de aviso de utilidad pública: Netflix, sé que estás leyendo esto, y lo sabemos bien: en el cine, existe el universo cohesionado de Marvel, y hay algunos que lo están haciendo también, con mayor o menor éxito, y yo creo que tú también podrías pero no con superhéroes, sino con algo mucho más ambicioso: con el universo cohesionado Mexicano. Piénsalo: Luis Miguel protagonizó “Fiebre de amor” junto a una joven Lucerito, quién más adelante, se casó con Mijares, pero antes de eso en un viaje a Chile conoció a un joven y guapo animador emergente, y algo hubo, que hasta su mamá adoraba al animador en cuestión.

Por supuesto, hay más hitos en la vida de Micky.

También fue al programa de Verónica Castro, quién es la madre de Cristián Castro y además era esposa de Manuel “El Loco” Valdés quien, tenía a sus hermanos: Ramón, un actor que digamos estuvo en una vecindad con un personaje que tenía su mismo nombre y Germán “Tin Tan” Valdés que digamos que hizo un par de trabajos en doblaje y cantó una canción con algo que hablaba de buscar algo vital… Solo imagina hacer una serie de ellos.

Veo potencial ahí. Llámame y vemos ahí los detalles.

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