“¿Quién te está mirando sin que lo sepas?”

Quiero iniciar esta sección de revisiones históricas anunciando que al menos una vez al mes estaré revisando novelas que he leído en el pasado, y que me parece interesante compartir con ustedes para que, si les llama la atención, pueden ir a por ellos. Esta revisión histórica contiene spoilers.

La historia

Red 1, 2, 3 o Un final perfecto fue el segundo libro de Katzenbach que leí. El inicio es un poco desordenado ya que nos presentan a las tres protagonistas de una vez , y nada tienen que ver entre ellas; no se conocen, no están circunstancialmente en el mismo lugar y ni siquiera viven en el mismo sitio. Una de las tres es una profesional de la medicina que atiende pacientes de escasos recursos y practica comedia en bares en sus ratos libres: Karen.

La segunda es una drogadicta que está en un muy mal momento y no parece estar dispuesta a hacer algo al respecto: Sarah

La tercera es una estudiante de 17 años, cuyos padres se han separado y mantienen una batalla legal mientras su adolescencia es un caos: Jordan.

Y el asesino es un escritor, un hombre viejo que quiere hacer historia con una novela que vaya más allá de cualquier cosa y relate cómo consiguió matarlas, y a la vez salirse con la suya, sin que puedan encontrarlo. El método comienza con cartas, un sistema anticuado pero que supera al teléfono o un correo electrónico, porque es físico y no permite creer que es una ilusión.

Desde ese momento las tres mujeres entran en pánico, cada una tomando una ruta diferente: drogarse, pensar en huir, llorar…cada reacción es natural y tiene sentido, y es lo que el asesino en las sombras espera. Él ha analizado el comportamiento humano y sabe que se asustarán, y en base a sus acciones es que pretende dar los siguientes pasos.

Lo que este hombre no se espera es que ellas estén dispuestas a pelear.

A partir de cierto momento, las tres consiguen entrar en contacto y toman la arriesgada decisión de pelear, porque cuando descubres que alguien te ha estado siguiendo y pretende asesinarte, ya no tienes qué perder, y una persona desesperada puede ser muy peligrosa.

La parte en donde ellas inician el plan de contraataque es lo mejor del libro, ya que enfrenta a personas normales a situaciones de espionaje, revisión de datos y coordinación milimétrica, y aquí no es como en las películas donde todo resulta muy fácil.

¿Cómo lo viví?

Al principio pensaba que la drogadicta era el peor personaje, ya que parecía que en cualquier momento iba a hacer una estupidez y arruinar todo, pero no lo hizo, o al menos no del todo. Si bien la combinación de los tres caracteres dista mucho de ser perfecta, es interesante ver cómo tratan de coordinarse para sobrevivir.

¿El final? Sí puedo decir que es perfecto, porque dentro de la psicología de la historia el lobo no merecía la muerte, pues eso era demasiado sencillo, mientras que la cárcel era demasiado improbable porque él había cubierto sus huellas en la etapa de asedio a ellas y, en caso de haber crímenes anteriores, resultaba impredecible si lo declararían culpable o no, o incluso si se encontrarían pruebas. Tiene un par de muy buenas secuencias de acción, y consigue que uno se pregunte durante el libro para quién será ese final perfecto; por partes parece que alguna de ellas no lo conseguirá, y que será una resolución en donde habrá que sacrificar a alguien para llegar al resultado.

¿A quién lo recomiendo?

A quien quiera vivir una historia dinámica en donde el peligro se esconde tras cada esquina. Y si quieres leerla, te recuerdo que puedes encontrarla entre el catálogo que ofrece Me gusta leer.

Nos leemos en una próxima edición de este espacio, donde revisaré otro libro que leí alguna vez.

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