Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas se encuentran en el perro 

Franz Kafka

  • Nombre: Isle of Dogs / Isla de Perros
  • Director: Wes Anderson
  • Guionistas: Wes Anderson (Historia: Wes Anderson, Roman Coppola, Kunichi Nomura, Jason Schwartzman)
  • Música: Alexandre Desplat
  • Género: Animación. Fantástico. Comedia. Aventuras | Stop Motion. Perros/Lobos. Distopía
  • Reparto: Bryan Cranston, Edward Norton, Frances McDormand, Bill Murray, Liev Schreiber, Greta Gerwig, Scarlett Johansson, Jeff Goldblum, Kunichi Nomura, Akira Takayama, Koyu Rankin, Yoko Ono, Courtney B. Vance, Akira Ito

Sinopsis: Un Japón distópico, dentro de 20 años. La saturación canina ha alcanzado proporciones de epidemia en Megasaki. Un brote de gripe canina se propaga, por eso, el Mayor Kabayashi dicta una orden de emergencia decretando la cuarentena. Isla Basura es el lugar donde se evacua a todos los perros. Allí, un grupo de aterradores perros alfa, encabezados por Chief, han perdido toda esperanza de volver con sus dueños. Hasta que un día aparece Atari, un niño de 12 años, sobrino del malvado Mayor, que llega hasta la isla pilotando un avión. Su objetivo es buscar a su perro Spots. Esté donde esté, el niño y la manada perruna lo encontrarán.

Reseña: ¿Cuántos de nosotros no amamos a nuestras mascotas? Esos series fieles que a veces nos acompañan en silencio y que sin duda alguna, son los que con más felicidad nos reciben después de una ardua jornada de trabajo y su día se ilumina con solo saber que estamos aquí para ellos. Ellos a quienes su paseo nocturno es sino la siguiente gran aventura. ¿Qué pasa entonces si a nuestros amigos caninos les sumamos a Wes Anderson?

Sí. Wes Anderson. Con solo mencionar esas palabras, uno piensa en su cine, piensa en lo fascinado que es este director por los detalles de un mundo hermético, constituciones visuales meticulosas y personajes extraños, pero extremadamente carismáticos. Isla de Perros es el más reciente trabajo del director de 49 años, Wes Anderson, y se nota cuando les digo que es un proyecto que tiene mucho amor. Se ve desde la imagen, desde el cast de voces, la música, su impecable guion e incluso en sus silencios. Antes de entrar, pensaba dos escenarios: esto podía ser una alucinante maravilla, y en el peor de los casos, una experiencia grata visualmente. Pasarlo mal estaba fuera de discusión. Afortunadamente puedo decirles que fue la primera opción. Isla de Perros no solo es una experiencia visual preciosa, sino que es como uno de esos regalos que no puedes esperar a abrir porque sabes que va a ser un momento hermoso que te va a durar por mucho tiempo en tu alma.


El director regresa a las películas de animación con la técnica stop-motion después de su hermosa e impresionante adaptación de Roald Dahl “El Fantástico Señor Fox”, en 2009, con su nueva propuesta, que está situada aproximadamente 20 años en el futuro en la distópica ciudad de Megasaki, relatándonos una fábula con tintes futuristas y políticos. Resulta que hay exceso de población canina, y adquiriendo una enfermedad: la temible gripe canina. Por lo tanto, se realiza una cuarentena, pero, la situación parece no solucionar. Ya con esta población canina tan fuera de control, que hace eco del problema actual de la sobrepoblación, las autoridades deciden hacerse cargo de la situación de manera más fuerte. ¿La decisión? Expulsarlos a una isla en donde ellos puedan “vivir” en una situación paupérrima, condenados a vivir de la basura y esperar a que pasen los días hasta que inexorablemente no vean otro amanecer. En este caso también al ver esto, nos sentimos viendo lo que es la actualidad, ya que trata el eterno egoísmo traducido en no ayudar a los que lo necesitan; o, si seguimos con el tema, aquellas personas que quieren refugio después de una tragedia. Y en muchos casos, en vez de ayudar, se decide ignorar el problema, no verlo, quitar el problema de en medio. Lo que resulta más sencillo y, en teoría, más beneficioso para la población, pero no por ello lo mejor. Entonces todos los perros, gracias a esta animadversión, son expulsados a un tiradero. Y así, y en la más pura resignación, pasan los meses.


Pero las cosas cambian cuando del cielo llega Atari, un jovencito de 12 años, que después de robar un avión, parte en la misión de buscar a su perro, porque el corazón en donde yace esta historia es ese: el amor de un niño por su perro. En este caso, el pequeño Atari, quien de hecho es sobrino del hombre que impuso esta ley, solo busca a su querido amigo y guardaespaldas Spots, y su llegada revoluciona las monótonas vidas de Chief, Duke, King, Rex y Boss quienes deciden acompañar al pequeño Atari a buscar a su amigo, y de paso, en esta exclusión, sus destinos. Y no les voy a decir más porque, como dije anteriormente, esta película se siente tan hermosa, que no quiero quitarles la experiencia de un viaje precioso y emocionante.
Y aun así con decir que es la historia de un niño y su perro, me quedo corta en palabras para hablar de esta película. Porque es una historia con la cual nos identificamos, con la que nos reímos, podemos llorar e incluso pensar y compararlo con el mundo en el que vivimos. Porque si, también tiene un discurso.
Habla acerca de los perros callejeros y como el gobierno no se hace cargo del problema, como nosotros mismos preferimos comprar, en vez de adoptar un perro porque no sabemos de dónde viene. A la vez que nos da una crítica a nosotros como sociedad en un hábil y preciso trabajo de guion a los gobiernos totalitarios –que desgraciadamente persisten- y el como nosotros solo asumimos lo que nos dicen las autoridades y no cuestionamos hasta que ya es demasiado tarde.
Todos esos elementos los vemos en un excelente trabajo de voz a cargo de un reparto impresionante en las voces de Bryan Cranston, Edward Norton, Bill Murray (porque no se sentiría una película de Wes Anderson sin él), Jeff Goldblum, Frances McDormand, Yoko Ono, entre otros destacados actores que realmente se lucen, porque los personajes se ven reales, y puedes reconocerlos, excéntricos, pero queribles y muy carismáticos. Les recomiendo mucho verla en su idioma original, porque el trabajo de voz de esta película es lejos, uno de los mejores que he visto. Y si a eso sumamos el excelente trabajo de Alexandre Desplat en la música, todo es incluso mejor.


Hablando del guion, este está cargado de ironía. Algo que es muy común en las películas de Anderson y que se complementa perfectamente con el juego de idioma que hay, ya que, al desarrollarse esta película en un Japón del futuro, los personajes hablan en japonés, pero que hay un personaje que asume la labor de ser la intérprete, mientras que los ladridos han sido traducidos al inglés. Y es una de las cosas más interesantes, porque realmente establece que hay una barrera idiomática, pero… ¿es realmente una barrera? No en vano, siempre hay entendimiento cuando hay cariño. Y en este caso, lo hay y mucho.
Es una película sumamente humana y universal, en la que se nota que es algo que Anderson quería rendir un homenaje a Akira Kurosawa y Hayao Miyazaki, porque, en la ambientación y en la música, se siente todo muy japonés, pero se siente universal por los temas que habla.
Dicho esto, mis queridos freakys, los invito al cine a que vean esta película, porque es una historia bella de un niño que decide ir a una isla-vertedero con la sola ilusión de ver a su querido compañero una vez más. Abracémosla y disfrutemos de un viaje enternecedor, maravilloso y humanamente emocional que los hará sentir ese calorcito en sus corazones que a veces tanto necesitamos en el mundo hoy.

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