Ya está disponible en Chile la continuación de “La ciudad de los fantasmas” que trae de vuelta las aventuras de Cass y Jacob, todo gracias a Ediciones Urano.

 

«¡Detente! Aquí empieza el imperio de la muerte.»

 

Cass y su familia siguen recorriendo el mundo teniendo como destino las ciudades más embrujadas del mundo para grabar un nuevo episodio de los inspectores siendo su segundo destino: París, ciudad de las luces; aunque también parece que de los fantasmas con una historia lúgubre y desconocida para muchos. 

En Escocia Cass aprendió mucho de Lara y quiere ponerlo en práctica en París sobre todo por el hecho de que el velo cada vez la llama más y quiere cumplir con el objetivo de su vida, sin embargo, Jacob (su mejor amigo y fantasma) no está muy de acuerdo y solo quiere ser un turista más en esa espectacular ciudad. Los problemas se presentan de inmediato en el primer lugar de grabación, las catacumbas, un lugar siniestro lleno de cadáveres de distintas épocas donde surgirá una entidad que empiece a atormentar a Cass y poner en riesgo la vida de los suyos necesitando toda la ayuda y el ingenio para derrotar esta nueva amenaza que está al acecho.

“Es difícil creer en fantasmas hasta que ves uno, y después es difícil no creer”.

Esta nueva novela nos sumerge a un País desconocido y de índole más lúgubre dándonos un nuevo enfoque a una ciudad icónica que siempre se ha ligado al amor dándole un toque de misterio con una historia de tragedia que Schwab sabe describir de forma comedida para un público juvenil que tendrá de todo en esta nueva entrega.

Una novela cortita llena de suspenso y acción que tendrá al lector expectante hasta la última página con una ambientación de ensueño. A mí me ha gustado mucho sobre todo lo desvelado del pasado de Jacob aunque quiero saber mucho más. Solo queda esperar la tercera parte que en inglés se titula “Bridge of souls” para más de Cassidy y Jacob. 

Opiniones y sugerencias las pueden dejar en la casilla de comentarios. Disfruten de la lectura. Saludos y cuídense mucho. 

Gracias a Urano Chile por el ejemplar. 

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